Un nuevo estudio pone en evidencia la importancia de recibir la pauta completa de vacunación para combatir las nuevas variantes del coronavirus, objeto de vigilancia y de preocupación para la comunidad científica.
Concretamente, ha sido una nueva investigación presentada en el Congreso Europeo de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas (ECCMID) la que incide en la importancia de recibir la segunda dosis de la vacuna contra la covid-19 así como destaca la necesidad de revisar y actualizar constantemente las vacunas para hacer frente a las nuevas variantes de interés.
Respecto a esto último, los científicos indican que, si bien las vacunas están teniendo un impacto positivo para el control de la pandemia en los países con mayor cobertura de vacunación, aún no está claro hasta qué punto seguirán siendo eficaces a medida que el virus vaya mutando y evolucionando. Por eso, inciden, es importante que las vacunas también se adapten y actualicen para luchar contra ello.
La protección generada contra el virus por la vacunación se mide habitualmente por los anticuerpos, siendo de especial importancia un determinado grupo denominado "anticuerpos neutralizantes", que defienden al organismo y destruyen el virus. Como la actual generación de vacunas se diseñó contra la cepa original del virus, ofrecen la máxima protección contra ella. Sin embargo, no está claro si la protección seguirá siendo la misma contra las nuevas cepas del virus, como las variantes alfa (Kent/Reino Unido), beta (Sudáfrica), delta (India) o gamma (Brasil).
Por esta razón, para ver como cambiaba la protección ofrecida por la vacuna según las distintas variantes, la doctora Nicole Schneiderhan-Marra, del Instituto de Ciencias Naturales y Médicas de la Universidad de Tubinga, en Reutlingen (Alemania), y sus compañeros perfilaron primero los anticuerpos generados por la vacunación y luego examinaron su capacidad de neutralización. Además de los anticuerpos que circulan en la sangre, comprobaron la presencia de anticuerpos en la saliva como "primera línea de defensa".
Con este propósito, adaptaron un ensayo desarrollado previamente que mide los anticuerpos presentes contra el SARS-CoV-2 y otros coronavirus en la sangre, para incluir objetivos de las variantes de interés y observar específicamente los anticuerpos neutralizantes. Así, ecogieron muestras de 23 individuos vacunados (de 26 a 58 años de edad, 22% mujeres) que habían sido vacunados con la vacuna BioNTech de Pfizer después de la primera y segunda dosis.
Del mismo modo, para los grupos de control, el equipo también recogió muestras de 35 donantes de sangre infectados (de 40 a 78 años de edad, 29% mujeres), 27 donantes de saliva infectados (de 25 a 58 años de edad, 63% mujeres) y 49 donantes de saliva no infectados (de 25 a 38 años de edad, 55% mujeres), así como muestras de control de sangre y saliva obtenidas comercialmente antes del inicio de la pandemia.
Examinando la saliva, los investigadores observaron que los individuos vacunados tenían grandes cantidades de anticuerpos presentes en comparación con los individuos infectados, lo que sugiere que la vacunación no sólo ofrece protección contra el contagio, sino que, en caso de infectarse, reduce la posibilidad de transmitirlo a otros.
Además, comprobaron que el número de anticuerpos producidos y la protección ofrecida por la vacunación aumentaron sustancialmente tras la administración de la segunda dosis de la vacuna, lo que demuestra su importancia, según señalan.
Cuando realizaron los ensayos, las dos variantes globales que preocupaban especialmente eran las variantes alfa y beta, por lo que examinaron si la protección ofrecida contra estas dos variantes era similar o diferente a la ofrecida contra el conocido como "tipo salvaje", es decir, contra la cepa original del virus. De este modo, comprobaron que, si bien no había una reducción de los anticuerpos neutralizantes contra la variante alfa, sí había una reducción sustancial de los anticuerpos neutralizantes contra la variante beta. "Esto demuestra la importancia de actualizar constantemente las vacunas para ofrecer la máxima protección contra las diferentes cepas del virus", explica la doctora Schneiderhan-Marra.
Desde que se realizó este estudio, el virus ha seguido mutando, y la variante delta va camino de ser la dominante en todo el mundo, como reconoce ya la propia OMS, quien señala que "está arrrasando a un ritmo abrasador". En consecuencia, los investigadores han seguido desarrollando sus ensayos para incluir más objetivos de variantes preocupantes, como la delta (India) y la gamma (Brasil), junto con otras variantes de interés (eta, iota, zeta, theta, kappa y epsilon), y otras cepas interesantes como la mutación del visón descubierta el año pasado.
La doctora Schneiderhan-Marra afirma que, "sin embargo, quedan dos preguntas más con respecto a la vacunación: en primer lugar, qué protección ofrecen las vacunas actuales contra la delta y cualquier otra variante que surja en el futuro, y en segundo lugar, cuánto dura la protección ofrecida por las vacunas actuales y si se necesitará una vacuna de refuerzo no sólo para aumentar la protección en general, sino también para ofrecer protección contra las nuevas variantes".
En estos momentos su equipo está trabajando ahora en varios estudios, uno de los cuales incluye a los mismos donantes de este estudio y cómo cambia la protección que recibieron de la vacuna a lo largo del año. Otro estudio examina cómo difieren los anticuerpos neutralizantes entre las distintas vacunas y, por último, otros estudios analizan otras variantes y su impacto en la protección.