El estreñimiento es una dolencia bien conocida por todos y asociada normalmente a unos malos hábitos alimenticios. Cuando ocurre de forma puntual, suele bastar con modificar nuestra dieta ligeramente o corregir los excesos de los últimos días para ponerle rápida solución, aumentado el consumo de fibra o utilizando laxantes en casos más dramáticos. Pero la cosa se complica cuando el afectado es un niño. En estos casos, es importante corregir rápidamente los hábitos alimenticios de los más pequeños para evitar una cronificación del problema, así como dar con el tratamiento adecuado. ¿Qué causa el estreñimiento en niños y cómo solucionarlo?
El estreñimiento consiste básicamente en un conjunto de síntomas asociados a una evacuación que se produce con menor frecuencia de la necesaria. Suele relacionarse directamente con malos hábitos alimenticios o con malas costumbres o prácticas a la hora de ir al baño, y afecta tanto a adultos como a niños.
En el caso de los menores, evitar que el estreñimiento se convierta en una condición crónica es básico. Por eso hay que analizar el problema cuanto antes y dar con la solución adecuada, que suele pasar por introducir cambios en la dieta del niño. A veces el estreñimiento puede tener que ver con dificultades a la hora de ir al baño, por lo que puede ser necesario un trabajo de educación en este sentido.
Para saber qué frecuencia es normal cuando se trata de evacuar, partimos de una media de 4 evacuaciones al día en la primera semana de vida, pasando a 1,7 al día a los dos años. Tal y como recuerda Elsevier, un bebé de menos de 6 meses debe evacuar al menos una vez al día como mínimo. A partir de los dos años, los niños pueden tener entre una y dos defecaciones por día. Por tanto, la edad es importante a la hora de analizar cuándo el ritmo de evacuación es insuficiente.
Hay que tener en cuenta, además, que el estreñimiento es muy frecuente durante la infancia: alrededor de un 5 por ciento de las consultas de atención primaria en pediatría y más del 25 por ciento de las derivaciones a especialistas en gastroenterología pediátrica se deben a estos síntomas. En general, se considerará que existe estreñimiento en un niño en caso de:
En cuanto a cómo evitar el estreñimiento infantil, normalmente el estreñimiento tiene que ver con la alimentación. Así, descartadas otras posibles causas, un paso clave es aumentar la ingesta de fibra, así como consumir suficiente cantidad de agua y líquidos. Esta dolencia también puede tener que ver con una ingesta insuficiente de alimentos, así como con un exceso de consumo de productos astringentes como el arroz, las patatas, determinados alimentos ricos en azúcares (chocolate y golosinas), el plátano...
Obligar al niño a mantener una rutina de alimentación en lo que a horarios se refiere también puede ser de gran ayuda. También educarle en cuanto a cómo ir al baño y tener en cuenta que determinados hechos estresantes pueden provocar un estreñimiento puntual. Hay que descartar, además, dolencias como la enfermedad celíaca, la diabetes, la enfermedad de Crohn y la porfiria.
En cuanto a la alimentación, las frutas (excepto el plátano o la manzana) son muy recomendables, así como un aumento generalizado del consumo de fibra y líquidos. Las verduras como judías verdes, espinacas, acelgas y alcachofas también juegan un papel importante. Legumbres y cereales integrales también deben incluirse en la dieta del niño con tendencia al estreñimiento.