La mascarilla en interiores dejó de ser obligatoria en España el miércoles pasado. Desde entonces y en ciertas ocasiones, lo raro ha sido ver a quienes sí continúan con ella puesta. "Nadie debe sentirse cohibido por llevarla", explica a Informativos Telecinco el vicepresidente de la Sociedad Española de Epidemiología, Óscar Zurriaga, quien insiste en que cada uno es libre de elegir cómo protegerse del coronavirus.
La mayoría ha cambiado de bando. Antes lo común era que solo unos pocos no llevaran mascarilla, pero ahora han cambiado las tornas en algunos lugares. Pese a que quienes han optado por quitársela insistan al resto, Zurriaga incide en que "cada uno puede llevarla por el motivo que considere, no es nada malo".
El epidemiólogo da el ejemplo de los países asiáticos, en concreto de los japoneses. "Antes llamaba la atención ver a alguien con mascarilla porque estaba acatarrado y no quería contagiar a nadie", comenta. En este punto, asevera que no se debe pensar en la mascarilla como "una imposición del Gobierno", sino como una forma de "proteger a los demás del contagio de un germen".
Desde la SEE han lanzado una serie de recomendaciones para evitar contagios. La principal sigue siendo la mascarilla: "Especialmente en aquellas situaciones en que pueda haber contacto prolongado con otras personas como aglomeraciones". También invitan a mantenerla en "espacios reducidos en los que no pueda mantenerse la distancia de seguridad", tales como "eventos multitudinarios" y "andenes de estaciones concurridas".
"Si alguien opta por la mascarilla que no lo haga por llevarla simplemente o por miedo, sino por proteger a los demás, en particular a los vulnerables", remarca Zurriaga. El experto pide que quienes están en contacto con personas vulnerables (mayores de 60 años, embarazadas, inmunodeprimidos o con otras enfermedades) lleven mascarilla. "La otra persona va a estar más protegida".
En las dos últimas semanas, la incidencia acumulada a 14 días en mayores de 60 años ha crecido paulatinamente. El indicador nacional ha superado los 600 casos y se sitúa actualmente en 608 por 100.000 habitantes, según los datos del Ministerio de Sanidad. Pese a que todavía está en riesgo medio, algunas comunidades están cerca del alto ―a partir de 1.500―. Es el caso de Asturias (1.205), Castilla y León (1.034), Galicia (1.182) y Navarra (1.278).
Los hospitalizados por coronavirus, incluidos agudos y UCI, han aumentado en 820 en la última semana hasta los 6.455. Sin embargo, la presión continúa en riesgo bajo con el 5,22% de las camas ocupadas de media nacional.
Asturias, donde el Gobierno regional ha pedido llevar mascarilla de nuevo en interiores, ha entrado en riesgo alto con un 11,23%. El ministerio no distingue entre los incidentales, aquellos que ingresaron por otro motivo y se infectaron en el hospital, y quienes sí ingresaron por la covid-19.
Los ingresados en unidades de cuidados intensivos han subido en 19 a los 364 activos en la última semana. A pesar del incremento, la ocupación sigue en nivel de circulación controlada con el 4,05% de las plazas llenas. Las muertes diarias oscilan entre el medio centenar y la treintena, cifras muy alejadas de las más de 200 en enero y más de 900 en la primera ola.