El próximo miércoles se pondrá fin a la última gran restricción impuesta por la pandemia. Dejaremos de llevar mascarilla en interiores, salvo algunas excepciones como transporte público, residencias, hospitales o farmacias. También se retirará en los colegios. En este caso concreto, Cataluña se adelantará 24 horas y a partir del martes, con la vuelta a las aulas tras las vacaciones de Semana Santa, los estudiantes podrán ir sin mascarilla en estos espacios.
Ese mismo día, el martes 19 de abril, está previsto que el Consejo de Ministros apruebe el levantamiento de esta medida en interiores con excepciones como el transporte público o los centros sanitarios.
Después de dos años con la cara cubierta, para muchos es un alivio poderse retirar la mascarilla, sobre todo, ahora con el calor. “Quisiera llevarla ya nunca más, me gusta ver las caras”, expresa un hombre; mientras que otro es más contundente: “Estoy de la mascarilla hasta la coronilla”.
Sin embargo, todavía hay quien se muestra reticente y dice que seguirá llevándola puesta por “precaución” y por “miedo”.
Los psicólogos han detectado cierta reticencia de algunos adolescentes a quitársela. “Es muy posible que esta pequeña cantidad de chavales hayan proyectado directamente en el pedazo de tela o material quirúrgico su máscara y verse más resguardados y protegidos en la relación social”, señala el psicólogo Juan Carlos Albaladejo.
En este sentido, reconoce un joven, “he conocido un par de compañeros que se sentían más seguridad, con más confianza a la hora de comunicarse con otras personas al no tener que mostrar el rostro descubierto”.
Los más jóvenes pueden ver la mascarilla como un escudo por “cuestiones estéticas” y por “presiones estéticas” como los problemas de acné. En este sentido, eliminarla, opina una joven, “fomenta el maquillarse más por los complejos que tiene la gente”.
Los expertos matizan que la mayoría de esas reticencias van a ser puntuales y temporales. “Lo que sí tendríamos que ver en estos pocos casos es si el tema de llevarla o no llevarla por estos motivos genera ansiedad”, indica Albaladejo.