Si te descuidas, Enrique Rojas te desmonta el mundo pieza por pieza en solo unos minutos: que si la felicidad por aquí; la sexualidad por allá; la educación abajo, sosteniendo; el amor arriba, inspirando; el sentido de la vida envolviendo todo lo demás porque es lo que da coherencia… Enrique Rojas te desmonta el mundo pieza por pieza en solo unos minutos y te lo vuelve a montar como si fuera un simple Lego: así se queda una después de una conversación con uno de los psiquiatras más prestigiosos de nuestro país (me atrevo a decir que de una gran parte del mundo).
Pocas personas he conocido con esa capacidad de relacionar conceptos, de bajar de lo grande a lo pequeño con tanta naturalidad, de pasar de lo abstracto a lo concreto con esa elegancia, de navegar de la cultura clásica griega a la cultura del click del siglo XXI con esa agilidad.
Justo antes de la pandemia, Enrique Rojas publicó Todo lo que debes saber sobre la vida (Espasa, 2020), un libro que su propia hija Marian Rojas Estapé -también psiquiatra- describió el día de la presentación oficial (casi dos años después de su publicación) como “Enrique Rojas en lata”, en estado puro.
Todo lo que debes saber sobre la vida es uno de los pocos libros sobre crecimiento personal y sobre el ser humano publicados en los últimos meses en los que no aparece la palabra pandemia por ningún lado. Tal vez ese sea su gran valor: que sirve para cualquier momento de la vida porque, como dice el propio psiquiatra, “el libro es un GPS psicológico que ayuda a orientarse en la vida sobre los grandes temas, por eso el título es tan ambicioso…pero ¿cuáles son los grandes temas? Pues el amor, la voluntad, la alegría, la felicidad, el desamor, la tristeza, la superación de las adversidades, los traumas de la vida, la depresión…”
Pregunta: Hay muchas cosas importantes que debemos saber sobre la vida, como dice el título del libro…pero la primera, la más útil y sencilla sería…
Respuesta: Que lo importante en esta vida no es tener buenas cartas, sino saber jugar las que tienes. Estoy rodeado de gente que tiene cartas buenas y las ha jugado muy mal y otros al revés. Este es el mensaje del libro. La gente está cansada de mensajes ficticios que no tienen fundamento (…) El principal tema del libro, se puede decir que es cómo tener un proyecto de vida coherente y realista y sacarlo adelante. La felicidad consiste en esto: en tener un proyecto de vida donde hay cuatro elementos que saltan, suben, bajan, se mueven… que son: amor, trabajo, cultura y amistad y cada uno de ellos puede quedar herido.
P: ¿El amor está herido en nuestra sociedad?
R: La primera epidemia mundial son las parejas rotas en este momento en occidente. Va cayendo una pareja detrás de otra, como dicen los americanos (…) La inteligencia emocional, por ejemplo, tiene mucha importancia hoy en día por la epidemia de divorcios que hay. Es más fácil encontrar algunas ciudades importantes del mundo, como Londres, donde el 70 por ciento de las parejas están rotas. Es más fácil encontrar parejas rotas que enteras. Entonces, claro, explicarle a alguien que la relación de pareja puede ser para siempre, es un escándalo.
P: Esto es fruto de nuestra falta de inteligencia emocional, entre otras cosas…
R: Lo que está ocurriendo ahora es que mucha gente no está preparada para tener una relación de pareja porque todo va muy deprisa y la gente no sabe esperar. Y muchas crisis de pareja no son tales, son crisis personales (…) Mucha gente no sabe cuál es la complejidad del amor de pareja, que tiene muchos matices…y eso se llama inteligencia emocional: conocer la riqueza y frondosidad de un tema como ese.
P: ¿Cómo está afectando la cultura del click
R: Es lo que se llama hoy la cultura del instante (…) Esta es una sociedad de una tecla: aprietas y te traen lo que quieres. Y saber esperar y saber continuar, es sabiduría…y claro, por eso las parejas fracasan, porque las parejas necesitan tiempo, necesitan serenidad, necesitan acoplamiento de dos personas.
P: ¿Qué otros factores pueden estar influyendo en esta crisis?
R: La pornografía, que es la primera epidemia juvenil enmascarada de la que no se habla…es dramático. Un chico que empieza a ver pornografía a los 11, 12, 13 años y pierde la perspectiva de lo que es la mujer. La mujer es igual a sexo y sexo es igual a placer. Y eso produce muchas de las cosas que estamos viendo hoy. Un chico soltero de unos 30 años, que sale con una chica y tiene lo que he llamado yo el ‘Síndrome de Simón’: soltero, inmaduro en lo afectivo, materialista, obsesionado con el trabajo y narcisista (…) Debajo se camufla el pánico o terror a comprometerme, es decir: yo no quiero comprometerme, quiero seguir así, salir, entrar etc..y eso es lo que está ocurriendo hoy.
P: Hay una enorme confusión hoy día en los jóvenes entre sexualidad y pornografía…
R: Los padres tenemos la obligación de explicárselo a nuestros hijos porque es normal que un chico de 12 años quiera conocer la sexualidad, es lógico, pero hace falta que alguien le enseñe el camino adecuado porque si no, se convierte en un un adicto a la sexualidad o, sin llegar a la adicción, en un consumidor frecuente de pornografía. Y la pornografía rebaja a la persona, la reduce, la convierte, la animaliza. Porque la sexualidad es una cosa grande y hermosa. Cuando uno tiene relaciones sexuales, uno no entrega su cuerpo, uno entrega su persona. Porque mi cuerpo me representa a mí mismo. Y es un lenguaje privado importantísimo que tiene una intimidad total, es la máxima intimidad. Es fundamental. Muchas parejas se rompen porque la sexualidad funciona mal…y esto hay que explicárselo a la gente.
P: La educación es fundamental, no solo para la sexualidad, para todo. La cultura del instante de la que habla ¿también está teniendo un impacto en la manera de educar?
R: Educar es convertir a alguien en persona, educar es una seducción, como una mujer seduce a un hombre, es seducir con los valores que no pasan de moda, la educación es artesanal…y una cosa; los padres no podemos pretender que nuestros hijos practiquen cosas que nosotros no hacemos. La primera nota de la educación es la ejemplaridad de los padres, que haya coherencia, que haya una buena relación entre la teoría y la práctica.
P: Pero es difícil que haya coherencia cuando uno no sabe lo que quiere. Ese es otro de los grandes males de nuestro tiempo…
R: El problema es que tenemos una sociedad muy compleja y al mismo tiempo muy positiva porque hemos cambiado más en 15-20 años que en un siglo. Entonces, hay un bombardeo permanente de noticias, de cosas que se dicen y al mismo tiempo de información: pensemos en cualquier persona tiene un móvil o dos, un ipad, está en redes sociales... y hay un barullo informativo que provoca que la gente no sabe qué es lo fundamental. La gente está perdida porque no sabe lo que quiere, no sabe a qué atenerse y el que no sabe lo que quiere no puede se feliz. El que quiere demasiadas cosas se dispersa, se desparrama.
P: Veo que ha vuelto a sacar otro de los grandes temas de hoy y de siempre: la felicidad.
R: La felicidad es una forma de entender la realidad. ¿Qué es la felicidad? Hoy hay un exceso informativo al respecto. Yo creo que la felicidad consiste en estar contento con uno mismo al comprobar que el proyecto personal de vida va relativamente bien. Y ese proyecto tiene que tener cuatro grandes argumentos que son: amor, trabajo, cultura y amistad. Entonces, la felicidad es estar contento al comprobar que hay una buena relación entre lo que yo he deseado y lo que yo he conseguido…administración inteligente del deseo. Pero, al mismo tiempo, la felicidad hoy ha quedado reducida para muchos a temas materiales, nivel de vida, dinero, salud, poder, triunfo material. Y yo hago una enmienda a la totalidad: conozco mucha gente que tiene casi todo lo material y no es feliz. Entonces la felicidad consiste en hacer algo que merezca la pena con la propia vida.
P: Encontrarle sentido a la vida, como diría Viktor Frankl.
R: El sentido de la vida indica a dónde me dirijo, qué es lo que estoy haciendo yo. En esta sociedad actual, lo que está pasando con los suicidios juveniles que se están dando con mucha fuerza en países como Francia y países del norte de Europa y en España también, es que la gente joven está perdida. La desgracia de los jóvenes es no tener un sentido de la vida, no tener las ideas claras.
P: De ahí el triunfo de la felicidad más hedónica, la que persigue el placer del momento...
R: Por ejemplo, ¿Qué significa la droga? Que durante un rato tú te sientes eufórico y sientes que estás contento y te sientes encantado y te lo tomas por la nariz, fumas marihuana o te lo metes en el torrente circulatorio directamente, que es la heroína. Pero cuando pasa un rato, tres horas, dos, vuelves a la normalidad. La mejor droga ¿cuál es? Tener un proyecto de vida; hacer algo grande con la vida, cada uno con sus posibilidades. No hay un trabajo pequeño si se hace con amor y profesionalidad y esa es la clave: enseñar a la gente dónde están los puntos fuertes, por eso insisto en mi libro en eso de “todo lo que tienes que saber sobre la vida”.