Todavía no hay fecha para reanudar los ensayos de la vacuna desarrollada por la universidad de Oxford y AstraZeneca contra el coronavirus. Aunque es el único contrato cerrado, la Unión Europea ya cuenta con un preacuerdo con otras cinco farmacéuticas. La voluntaria que sufrió la reacción adversa podría ser dada de alta hoy mismo.
Cuando todas las esperanzas están puestas en una vacuna en pruebas y esa vacuna provoca una reacción adversa a quien se le suministra saltan las alarmas. Más aún cuando hablamos del remedio para frenar la pandemia más letal de nuestros días. Pero tras el mazazo es momento de responder a muchos interrogantes.
De los 30.000 voluntarios a los que se les ha suministrado el fármaco de Oxfrod, de momento solo uno ha desarrollado una enfermedad grave. Una mielitis transversa de la que se recupera favorablemente en el hospital. Hoy mismo podría recibir el alta.
Ha quedado en pausa. Su reanudación depende del visto bueno de un comité de expertos independiente. Hemos escuchado al asesor científico del Gobierno Británico, que llama a la calma.
Un parón nunca es algo bueno, pero sucede habitualmente en la fase previa a la comercialización de una vacuna.
Saltarse pasos sería un error porque el fármaco no se puede basar en la esperanza sino en la evidencia. Por si la vacuna de Oxford tuviera que ser descartada, la Unión Europea ya ha firmado un acuerdo con otras cinco farmacéuticas. Llegado el momento, el acceso a millones de dosis estará garantizado.