Estas son las enfermedades más comunes entre los españoles
Lucía SicreMadrid
Las enfermedades más comunes entre los españoles.telecinco.es
Las enfermedades infecciosas cada vez nos preocupan más
Infecciones respiratorias de vías altas y bajas son comunes
Herpes, infecciones urinarias y sexuales permanecen
Existen muchísimos tipos de enfermedades distintas y muchas formas de clasificarlas. Por eso es complicado hablar de las enfermedades más comunes entre los españoles sin elegir antes un criterio de clasificación: enfermedades crónicas, enfermedades hereditarias, enfermedades infecciosas... precisamente estas últimas son las que más nos preocupan en tiempos de coronavirus. ¿Cuáles son las enfermedades más comunes entre los españoles desde el punto de vista de las infecciones? Conocerlas puede darte herramientas para evitar contagios y proteger tu salud y la de quienes te rodean.
Las enfermedades más comunes en España: infecciones frecuentes en nuestro país
Las enfermedades infecciosas son las provocadas por algún tipo de microorganismo, como son las bacterias, los hongos, los parásitos o los virus. En este sentido, España se encuentra al mismo nivel que otros países europeos tanto en la incidencia de las enfermedades infecciosas como en su distribución. Sin embargo, en nuestro país existe un nivel mayor de resistencia a los antibióticos que los países del norte de Europa, ala provocado seguramente por un mayor consumo de este tipo de medicamentos, tanto por uso veterinario como humano.
Sin embargo, una diferencia importante con respecto al resto de Europa la encontramos en la incidencia de enfermedades como la tuberculosis, el sida o la hepatitis B y C. Por otro lado, en España ha habido una disminución muy importante de las infecciones transmitidas de los animales, o 'zoonosis', como la brucelosis y la hidatidosis, patologías relacionadas con la ganadería.
Así las cosas, estas son las 10 enfermedades infecciosas más importantes que tienen lugar actualmente en España:
Infecciones respiratorias de vías altas (gripe, rinitis, catarro común, faringitis y laringitis). Se trata de las enfermedades infecciosas y más frecuentes y más contagiosas, aunque en general son procesos poco graves. En su mayoría, son provocadas por virus.
Infecciones respiratorias de vías bajas (neumonía y traqueobronquitis). Son muy frecuentes, aunque menos que las anteriores, y también suelen resultar más graves. Pueden deberse a virus -siendo en este caso transmisibles- o a bacterias -en este caso, no suelen ser contagiosas de persona a persona-.
Tuberculosis. Se trata de una enfermedad crónica, transmisible, cuyas manifestaciones dependen en gran parte de la edad y del estado inmunitario de los pacientes. Es preciso un diagnóstico específico y un tratamiento prolongado. Diagnosticada precozmente y con tratamiento adecuado se cura en más del 90 por ciento de casos. La mayor parte de los casos son pulmonares, pero también puede tener manifestaciones de afectación a otros órganos.
Infecciones por virus herpes. Se trata de infecciones muy frecuentes que se adquieren habitualmente en la infancia, y cuyas manifestaciones son muy variables en función del virus y del órgano donde se esté replicando. Dentro de la familia de los virus herpes, los más importantes son los herpes simples, el herpes varicela-zóster, el citomegalovirus, y el virus de Epstein-Barr que causa la mononucleosis infecciosa. Se contagian por contacto directo, persona a persona, y su espectro de gravedad es muy amplio.
Virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Este virus se transmite de madre a hijo, por relaciones sexuales o por contacto directo con sangre. El VIH infecta y destruye las células que participan en la defensa inmunitaria, de forma que, sin tratamiento, se produce un deterioro inmunológico. Con el tratamiento antiviral actualmente disponible, y diagnosticado precozmente, se controla perfectamente en la gran mayoría de los casos.
Meningitis. La meningitis puede venir provocada por distintos microorganismos. En algunos casos pueden ser benignas (como son la mayoría de las causadas por virus) pero en otros pueden llegar a ser muy graves, como ocurre con las provocadas por bacterias como el neumococo, el menigococo, o la listeria. Es muy importante el diagnóstico y el tratamiento precoz para evitar secuelas neurológicas y la mortalidad. También es básica la vacunación: las vacunas frente al neumococo, haemophilus tipo B y menigococo son muy eficaces.
Infecciones urinarias. Este tipo de infección puede afectar a las vías urinarias bajas (como ocurre con la cistitis) o a las altas (pielonefritis y prostatitis). Están causadas por bacterias que forman parte de la propia flora de los pacientes, no son transmisibles, y son muy frecuentes sobre todo en la mujer.
Sífilis y otras infecciones de transmisión sexual (ITS). Existen infinidad de enfermedades de transmisión sexual o enfermedades venéreas, entre las que se encuentran la gonorrea, la sífilis, las infecciones por clamidia, el virus del papiloma humano o el herpes genital.
Hepatitis virales. Existen distintos tipos de hepatitis virales: la A, la B, la C, la delta y la hepatitis E. Todos estos virus infectan a las células del hígado (hepatocito) y pueden producir o bien una hepatitis aguda (en general benigna y autolimitada, pero que en ocasiones puede manifestarse como hepatitis fulminante, muy grave, y que puede conducir a la muerte) o una hepatitis crónica (que en un plazo más o menos largo puede dar lugar a cirrosis o cáncer de hígado).
Infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria (IRAS). Se trata de las infecciones que el paciente contrae al recibir cuidados sanitarios. Se trata de un concepto amplio que incluye las infecciones que uno adquiere por el hecho de estar ingresado en hospital o ser sometido a tratamientos ambulatorios.