Un estudio de la Universidad de California, en Estados Unidos, ha detectado en mujeres embarazadas y en neonatos más de 50 sustancias químicas, la mayoría de ellas de origen desconocido.
La investigación, publicada en Environmental Science & Technology y recogida por Russia Today, ha señalado la presencia de 109 compuestos químicos en la sangre de mujeres durante el embarazo, al igual que en la de bebés recién nacidos, lo que podría indicar una trasmisión de estos químicos a través de la placenta.
Para identificar estas sustancias han utilizado una espectrometría de masas de alta resolución. Con esta técnica, los investigadores han detectado 55 sustancias que fueron halladas por primera vez en el cuerpo humano, y 42 "sustancias químicas misteriosas" de origen desconocido.
Según explican los expertos, estos químicos se encuentran fácilmente en productos que utilizamos en nuestro día a día como plásticos, cosméticos, pesticidas y otros productos.
La investigación todavía tiene que avanzar, ya que se trata de resultados provisionales. Los investigadores quieren comparar estos productos con las sustancias producidas por fabricantes químicos para ver de donde proceden, aunque se trata de una misión difícil, ya que algunos productores no quieren poner a su disposición sus productos para que sean analizados.
Las embarazadas pueden exponerse a diario y sin querer a sustancias químicas que podrían poner en riesgo la salud del feto, tal y como avisó el comunicador medioambiental y responsable de la campaña 'Hogar sin tóxicos', Carlos de Prada, en su libro 'Embarazo sin tóxicos'.
Ftalatos, bisfenol A, compuestos perfluorados, retardantes de llama, alquilfenoles, plomo, formaldehído, pesticidas o disolventes son algunas de las sustancias a las que las personas se exponen a diario y, "lo que es peor", inadvertidamente, porque pueden estar presentes en objetos y productos tan cotidianos como cosméticos, utensilios de aseo, de limpieza, ambientadores, pinturas, barnices, ropa, tejidos, muebles o plásticos.
"Es importante ofrecer información inmediata, útil y comprensible, pero sin alarmismos, a las mujeres que no tienen tiempo para profundizar y que simplemente necesitan unos consejos rápidos y sencillos que les ayuden a reducir los posibles riesgos, pero el libro también ofrece información más profunda a aquellas personas preocupadas por los tóxicos cotidianos", ha dicho De Prada.
Y no sólo hay que controlar los productos y sustancias que hay en el hogar, ya que las mujeres trabajadoras, por ejemplo, están expuestas a riesgos añadidos específicos que deben conocer y sopesar incluso antes de quedarse embarazadas.
No hace falta trabajar en una industria química o metalúrgica ni en una refinería. En una simple peluquería pueden emplearse productos preocupantes. A veces incluso en una aparentemente inocente oficina pueden detectarse, aunque sea a niveles bajos de concentración, algunas sustancias perjudiciales que sería conveniente reducir", ha dicho el experto.