Uno no decide de quién se enamora y a veces los sentimientos son tremendamente intensos, pero la persona no es la indicada. Eso es lo que le ocurre a Sergio, un chico de 28 años enamorado de una persona con pareja.
“No lo sabe prácticamente nadie. Ella es una amiga de un amigo y al principio yo me pensé que no tenía pareja porque no le mencionó. Luego mi amigo me dijo que estaba con alguien y yo no quiero incomodarla ni nada”, comparte con Yasss. “Intento disimular, pero me gusta mucho. A veces pienso que hay conexión, pero igual para mí es de una forma y para ella solo es como amigos”.
Sergio tiene clara una cosa: que no le va a contar lo que siente a su amor platónico “porque no quiero ponerla en un compromiso ni tampoco quiero perderla de mi vida”, confiesa, “me parece muy especial y si no puede ser de otra manera, pues que sea mi amiga”, una reflexión que trae consigo varias dudas. “¿Puedo ser amigo de alguien que me gusta tanto? ¿Se me pasará el amor? ¿Hay alguna posibilidad, aunque sea pequeña, de que yo le guste?”, se pregunta el joven.
Aunque las relaciones están cambiando (¡Y menos mal!), lo cierto es que el modelo afectivosexual predominante en nuestra sociedad es la monogamia. Esta monogamia puede dar lugar a ciertos conflictos, como por ejemplo que surja atracción o incluso sentimientos de cariño o amor hacia una persona con pareja.
Lo primero que debes analizar si te encuentras en esta situación es qué sientes tú y qué siente la otra persona.
¿Te gusta de verdad o es una atracción sexual que se aviva por el hecho de “querer algo que no puedes tener”? Puede parecer una pregunta un poco tonta y aunque a priori tengas claro que te gusta, tómate unos días para reflexionar qué es lo que sientes de verdad. A veces confundimos el enamoramiento con el encaprichamiento y no son lo mismo. Tus sentimientos (independientemente de lo intensos que sean) son de verdad, pero si solo es atracción quizá no te compensa tanto sufrimiento.
Por otro lado, ¿la otra persona siente lo mismo? A veces notamos cierta conexión que en realidad solo esconde una amistad. Esta confusión es todavía mayor en el caso de las relaciones heteronormativas, ya que socialmente existe la falsa creencia de que hombres y mujeres no pueden ser amigos y que si alguien de otro género se interesa por ti es porque le gustas. No es cierto. Por eso es importante ser realista y no confundir una amistad sincera y afectuosa con coqueteo, ya que puedes arruinar la relación que tenéis.
En esta situación vas a tener que lidiar con el egoísmo, es decir, con la necesidad de actuar acorde a tus necesidades y sentimientos, pero también con la empatía hacia la persona que te gusta (la estás poniendo en un compromiso) y hacia su pareja (tu felicidad implica su infelicidad). Es ahí cuando toca hacer balance y decidir si tus sentimientos son tan fuertes como para continuar.
Por supuesto influyen otros factores, por ejemplo, la relación que tiene la otra persona. A lo mejor es completamente tóxica (o eso ves tú desde fuera influenciado por el amor no correspondido). En ese caso lo ideal es apoyar como amigo a la otra persona para que fortalezca su autoestima y si en un futuro decide romper, que lo haga por ella misma y no por ti.
Si aun así decides seguir adelante, tendrás que asumir que:
Lidiar con un amor no correspondido es duro, por eso es importante tener apoyo social. Cuéntale a algún familiar o amigo cercano lo que sientes. Compartir el secreto y tener la opinión de alguien “imparcial” puede ayudarte a ver las cosas con perspectiva.
Sin embargo, la única persona que puede darte una respuesta clara es tu crush. Si decides decirle lo que sientes, lo ideal es que: