Con las Navidades llegan las comilonas y los molestos empachos. Nuestro estómago no está acostumbrado a la cantidad y el tipo de alimentos que ingerimos por estas fechas, más pesados y a deshora, lo cual pasa factura a la hora de hacer la digestión. ¿Qué es realmente un empacho y cómo tratarlo?
Un empacho es un cuadro de indigestión que aparece tras la ingesta de comidas pesadas, con mucho contenido calórico y grasas que a nuestro organismo le cuesta digerir.
Son habituales por estas fechas incluso en personas sanas, dado que tenemos cenas de empresa, familiares y comemos en abundancia alimentos como turrones, roscón y ciertas carnes, además de consumir más alcohol. Es el cóctel perfecto para empacharse.
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Para evitar sufrirlos es importante no pasarse comiendo, en primer lugar, y alternar las comidas más calóricas de las Navidades con fruta y verdura, además de beber bastante agua y realizar algo de ejercicio. Pero además es clave la velocidad a la que comemos y bebemos, la postura, el estrés y el consumo de cafeína, picantes y alcohol. Si sabes que un alimento en particular te ha sentado mal en ocasiones anteriores, procura evitarlo.
En todo caso estamos hablando de empachos puntuales, que duran un día o varios. Si sufres empachos frecuentes podría ser síntoma de un problema digestivo, en cuyo caso se requiere la atención de un médico.
Si no has escuchado las señales de “basta” de tu organismo y has llegado al punto de sentirte empachado, lo más aconsejable es que consultes al farmacéutico sobre algún medicamento que pueda venirte bien para aliviar las molestias.
Generalmente, el empacho se trata con antiácidos si lo que tenemos es acidez, antiespasmódicos cuando nos duele mucho la tripa, simeticona en caso de sufrir gases, y loperamida o carbón activado para la diarrea.
También hay productos naturales que ayudan con la indigestión, como algunas arcillas, el aceite esencial de hinojo, el jengibre, etcétera, así como infusiones digestivas o medicamentos a base de plantas. Suelen aliviar el empacho la infusión de menta, la manzanilla o los suplementos de magnesio, entre otros.
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Si eres fumador, procura fumar lo mínimo posible o nada hasta que se te pase el empacho.
Camina para bajar la comida, pero no te mates a hacer ejercicio mientras estés empachado. Ya tendrás tiempo de quemar las calorías.
No fuerces: si no quieres comer, no comas. Durante unos días podrías sentir falta de apetito por la hinchazón, en cuyo caso es mejor esperar a que se pase y mientras tanto no comer o comer muy ligero y despacio.