Reino Unido, Gibraltar e Israel muestran el camino de cómo se pueden relajar, con cautela, algunas medidas de salud pública frente a la covid, como el uso obligatorio de la mascarilla. La reducción de los riesgos depende de la absorción de la vacuna y de la cobertura de vacunación de la población general, entre otros factores.
No obstante, el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades, ECDCconsidera que en el contexto de la Unión europea se deben mantener las restricciones -distancia y mascarilla- en espacios públicos, grandes reuniones y en los viajes, con independencia de la vacunación de las personas.
Ante este panorama, muchos se preguntan cuándo llegará a España la relajación de la mascarilla por medio de la vacunación. La respuesta se encuentra en dos aspectos, según ha explicado el doctor Raúl Ortiz de Lejarazu, profesor de Microbiología y consejero científico del Centro de Gripe de Valladolid, en una reunión telemática con motivo de la Semana Mundial de la Inmunización, impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que tendrá lugar del 24 al 30 de abril, organizada por la empresa farmacéutica Merck Sharp & Dohme y 52 entidades, quienes han recordado la importancia de la cooperación y la confianza en las vacunas con el lema ‘InmUNIDAD, sin unidad no hay inmunidad’.
En primer lugar, "dependerá de cuándo lleguemos a alcanzar un porcentaje de vacunación como el que han alcanzado en Israel, o en otros países que lo alcanzarán antes que España; y en segundo lugar, de cuándo tendremos los indicadores sanitarios, indicadores de morbilidad y mortalidad, que tienen esos países que han hecho que la mascarilla no solo se tenga que llevar en determinados sitios, sino que la han dejado de obligar en otros lados".
Lograr una inmunidad colectiva poblacional es fundamental para evitar la difusión de enfermedades infecciosas, pero también para proteger a las personas más vulnerables que cuentan con un sistema inmune más debilitado como son los niños, las personas mayores o con patologías de base y aquellas otras que por diferentes motivos clínicos no pueden ser vacunadas, según ha detallado el profesor Ortiz de Lejarazu.
Los ciudadanos también se preguntan si podrán reunirse sin mascarilla una vez estén vacunados con las dos dosis. En este caso, la mascarilla debe seguir si no estamos entre convivientes. El hecho de vacunar y estar en un domicilio personas distintas, según el doctor Ortiz de Lejarazu, depende un poco realmente de la vida que hagan esas personas.
"Si se considera que la familia es una burbuja de seguridad, dentro de una casa, no debería haber mascarilla. Sin embargo, hay muchos hogares donde hay una persona vulnerable, y simplemente por precaución, el resto de convivientes de la casa llevan mascarilla por él. Esto es una medida que realmente va a depender de, nunca mejor dicho, la responsabilidad individual de cada persona", ha subrayado el doctor.
Una persona que ya haya recibido la primera dosis ya ha recibido protección, precisan los especialistas. "No hay que pensar que, en las vacunas que tienen dos dosis, alcanzamos la inmunidad a plazos. No es la mitad de la inmunidad en la primera dosis, y 'llenar el depósito', completar el 100% de la inmunidad, con la segunda dosis".
Durante el proceso, tras aplicarse la segunda dosis, se incrementan aproximadamente un 15 o 20% los anticuerpos que existían o, si han decaído un poco, remontan. Retrasar la segunda dosis, unos tres meses, como se está haciendo en Reino Unido, bajo una "vigilancia exquisita", se puede hacer. De este modo, aclaran, se podrá vacunar a un mayor volumen de población. En España "todavía tenemos mucha población vulnerable que debe ser vacunada".
Además, según explica el doctor Ortiz de Lejarazu, "hay personas que probablemente van a llevar la mascarilla mucho tiempo porque, al final, con una medida que tiene una serie de ventajas, se sienten protegidas. En Europa nos acostumbraremos dentro de año y medio a ver por los aeropuertos a gente con mascarilla. Antes solo lo veíamos cuando volábamos a regiones de Asia o de Extremo Oriente".
Por otra parte, el doctor José Antonio Navarro Alonso, miembro de la Asociación Española de Vacunología, ve "un poco precipitada" la medida de, como Gibraltar, eliminar la mascarilla. "Veo precipitado eliminar la mascarilla a escala poblacional, de forma sistemática, no incorrecto, pero habría que estudiarlo más. Porque la vacuna no da una efectividad ninguna del 100%, no evita la infección totalmente, ni genera inmunidad esterilizante en el 100% de los vacunados", subraya el doctor Navarro Alonso, quien destaca que, por otra parte, la efectividad baja un poco frente a las variantes.
El secretario general del Departamento de Salud de la Generalitat, Marc Ramentol, también ha considerado este jueves que es "prematuro" abrir el debate sobre una eventual flexibilización del uso de la mascarilla por parte de personas ya vacunadas contra la covid con las dos dosis.
Ramentol ha considerado que todavía no ha llegado el momento "oportuno" para replantearse el uso de la mascarilla, sin situar en el tiempo cuándo lo podría ser, pues dependerá, ha dicho, de la evolución de la epidemia y de la cobertura de la vacuna.
El Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades, ECDC, en un documento, ha expuesto varios supuestos en los que se pueden levantar las restricciones frente a la covid. Cuando las personas completamente vacunadas se encuentren con otras completamente vacunadas (riesgo muy bajo/bajo), el distanciamiento físico y el uso de mascarillas faciales se puede relajar.
Cuando un individuo no vacunado o individuos no vacunados del mismo hogar o burbuja social se encuentran con individuos completamente vacunados, el distanciamiento físico y el uso de máscaras faciales, según el ECDC, se pueden relajar si no hay factores de riesgo de enfermedad grave o menor efectividad de la vacuna en cualquiera de los presentes.
Los requisitos para las pruebas y la cuarentena de los viajeros (si se implementan) y las pruebas periódicas en los lugares de trabajo pueden no aplicarse o modificarse para las personas completamente vacunadas, siempre que no exista una circulación de las variantes de escape inmunológico.
Los datos proporcionados por países donde la vacunación va a gran ritmo, como es el caso de Reino Unido, donde han bajado drásticamente el número de contagios y de fallecidos, o de Israel, donde ya se ha relajado el uso de la mascarilla en espacios públicos, confirma que, con la vacuna, la normalidad precovid se encuentra más cerca que nunca.