La campaña de vacunación en Estados Unidos marcha a velocidad de vértigo, las autoridades sanitarias del país ya han administrado más de 200 millones de dosis y a partir de la semana que viene comenzarán a inoculársela a los mayores de 16 años. Los expertos prevén que para este verano se recupere gran parte de la normalidad prepandemia aunque vislumbran cuatro grandes escenarios dependiendo del comportamiento de la población y del mantenimiento de las restricciones.
Los expertos consultados por Dan Vergano de BuzzFedd News creen que las claves que decidirán cuál será el escenario en Estados Unidos a partir de este verano está marcado por tres variables: el ritmo de vacunación y la cantidad de ciudadanos que se nieguen a ponérsela, el mantenimiento de las restricciones y normas de seguridad anticovid como son las mascarillas y la distancia social y, finalmente, los periodos de inmunización que nos otorguen las vacunas suministradas.
Los especialistas recuerdan casos como los de Israel o Gibraltar en los que los índices de población vacunada superan a más de la mitad de la ciudadanía y en los que ya se ha decidido eliminar el uso de las mascarillas en determinadas condiciones como son los espacios abiertos. También han comenzado a desmontar gran parte de las restricciones de horario, aforos o movilidad.
Todos estos elementos son los que hace anticiparse a la posibilidad de que la salida de la pandemia no sea todo lo exitosa que algunos nos quieren hacer creer.
Este es el primer escenario de todos y en el que trabajan los Gobiernos y los sistemas sanitarios de todo el mundo. Depende de que los planes de vacunación avancen a buen ritmo gracias a la llegada de millones de dosis que permitan alcanzar la inmunidad e rebaño. Estaríamos hablando de la covid19 como lo hacemos de la gripe.
Los ciudadanos recuperarían toda su libertad de movimiento, se volvería a la normalidad de apertura de comercios y el uso de la mascarilla quedaría reducido a mínimos.
Los obstáculos para este pronto final feliz vendrían de la resistencia de una gran parte de la población a vacunarse, la administración de las vacunas a la población adolescente e infantil y las propias características de la vacunad y sus periodos de inmunización.
Con su mortalidad atenuada por el avance de las vacunas, los expertos creen que hay una posibilidad de que la convivencia con el virus no sea todo lo cómoda que nos gustaría. Piensan que aunque alcancemos la inmunidad de rebaño, las personas no vacunadas seguirán permitiendo la existencia de brotes que tensionarán de forma puntual los sistemas sanitario.
También apuntan al conocido como covidpersistente que mantendrá a muchos de los contagiados con secuelas permanentes o duraderas que afectarán a su calidad de vida y capacidad laboral.
Se trata también de una posibilidad real ya que las farmacéuticas han puesto en el mercado vacunas muy poderosas pero desarrolladas en plazos de tiempo muy cortos y acelerados por la necesidad de inmunizar a la población lo que lleva a pensar que o se mejoran estas vacunas o habrá que mantener y reforzar los planes de vacunación una vez que se superen los periodos establecidos de inmunización que nos confieren los sueros.
Es un secreto a voces que la lucha ahora está entre la efectividad y avance de las vacunas y la capacidad del virus para mutar y superar las barreras de la inmunidad que nos proporcionan los sueros.
Se trata de un escenario complicado de manejar para las autoridades sanitarias porque el avance de la inmunización de la población se mezcal con potentes brotes de contagios provocados por las nuevas variantes del virus que tienen a ser más contagiosas. No está clara que también vayan a ser más mortales pero sí que volverán a colapsar los sistemas sanitarios.
El problema aquí es la población tendrá problemas para adaptarse a esta nueva situación en la que volverán a implantarse restricciones a la movilidad y al comercio con nuevas instrucciones para el uso de la mascarilla y la distancia social.
En Estados Unidos, las autoridades sanitaras han notado también que la resistencia a vacunarse no es igual en todos los estados, Hay zonas en la que los ciudadanos se han mostrado más reacios a inmunizarse lo que les convierte en foco de nuevos brotes y un riesgo para el resto de la población.
Suena apocalíptico pero no imposible. Los expertos ya lo vienen anunciando y se conoce como el 'efecto orilla del mar', peo en este caso, a escala global. Tendemos a pensar que el avance de la vacunación y la implantación de normas anticovid son iguales en todo el mundo pero no es así. Mientras que las vacunas llegan sin problemas a los paises ricos, en otras muchos lugares del mundo aún no han comenzado a inmunizar a su población.
Es verdad que la capacidad mundial para producir vacunas va en aumento y que en el futuro habrán más empresas farmacéuticas que saquen nuevos remedios contra la covid-19, pero mientras lega ese momento habrá millones de personas sin acceso a las vacunas.
Esto provocará que el virus crezca y se haga fuerte en esas zonas no inmunizadas y se dispare su potencial para generar nuevas variantes que superen las capacidades de nuestra inmunidad con lo que empezaremos un nuevo ciclo de la pandemia.
Frente a ello solo es posible derrotar definitivamente a esta pandemia impulsando la vacunación mundial e invirtiendo más recursos públicos y privados para mejorar las actuales vacunas y hacerlas efectivas con la mayor rapidez posibles ante las nuevas variante del virus.
A pesar de este panorama negativo, los expertos creen que la humanidad ya sabe como enfrentarse a pandemias globales en un mundo globalizado. Sabe convivir con virus tan letales como el de la gripe y el desarrollo y la tecnología actual permiten vislumbrar un horizonte en el que conviviremos con el virus recobrando nuestra libertad anterior.