La mayoría de las vacunas covid-19 aprobadas hasta ahora en Europa se administran en dos dosis -la única excepción es la de Janssen. Los ensayos clínicos, que han permitido demostrar su eficacia y seguridad, indican el período de tiempo que debe pasar entre el primer y el segundo pinchazo para que la persona desarrolle defensas que la protejan contra las formas más graves de la enfermedad.
Según los resultados de los ensayos clínicos, los días que deben pasar entre dosis varían en función de la vacuna:
“La primera dosis provoca una reacción primaria del sistema inmunitario contra la infección. La segunda dosis consigue una respuesta mucho más intensa y rápida”, explica sobre estas y otras vacunas de doble dosis Vicente Larraga, profesor de investigación del Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CIB-CSIC).
Según los expertos es importante cumplir con los plazos que han establecido las farmacéuticas para cada uno de los sueros para tener una protección adecuada contra el covid. En España, por ejemplo, la Comunidad de Madrid ha dejado de dar nuevas citas para la primera dosis de Pfizer porque asegura que les quedan pocas y las están reservando para las personas a las que les toca la segunda.
Es cierto, que en las dos últimas semanas han llegado a España menos dosis de Pfizer de lo que se venía recibiendo hasta ahora.
En el caso de Oxford/AstraZeneca, la dificultad de producir vacunas para administrar la segunda dosis aportó nuevos resultados. Tal y como recoge la agencia SINC, la primera dosis de la vacuna mantiene su inmunogenicidad al menos durante 90 días, lo que permitiría extender la población inmunizada antes de necesitar la segunda dosis. Además, la eficacia parece incluso mayor si se esperan esos tres meses, según un estudio publicado en The Lancet. Por eso, se establece que se puede esperar para la segunda dosis entre 28 y 84 días.
“En cualquier caso, parece que la inmunidad no decae hasta pasados al menos esos tres meses, lo que es positivo. Y, desde luego, eso en ningún caso significa que haya que renunciar a la segunda dosis”, dice Marcos López Hoyos, presidente de la Sociedad Española de Inmunología y jefe del Servicio de Inmunología del Hospital Marqués de Valdecilla (Santander).
En base a estas observaciones, la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el uso de esta vacuna es un intervalo de entre cuatro y doce semanas entre la primera y la segunda dosis, en línea con el posicionamiento de la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés).
Las vacunas de Pfizer y Moderna son vacunas que utilizan ARN mensajero para producir la respuesta inmunitaria. En cambio, la de Oxford/AstraZeneca se basa en una tecnología más convencional, que se sirve de un vector viral, en este caso el adenovirus de chimpancé, para presentarle el nuevo coronavirus al sistema inmunitario. La vacuna de Janssen, la única de una sola dosis de las que se administra en Europa, se fundamenta también en un vector viral.
Como la de Oxford/AstraZeneca, ya existen otras vacunas de este tipo para otras enfermedades que permiten saber muchas más cosas, como la de la gripe o la de la malaria, en introducción piloto en tres países africanos.