Hoy se celebra el Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido y nada mejor para sensibilizar a los ciudadanos sobre la contaminación acústica a la que están expuestos casi sin darse cuenta y que tanto puede llegar a perjudicar a su salud, con un dato alarmante: 1.000 personas mueren de manera prematura cada año en nuestro país debido al excedente de ruido que les rodea.
La contaminación acústica es el exceso de sonido que altera las condiciones de un ambiente determinado. Cada año en España, además, estos ruidos provocan 4.000 hospitalizaciones derivadas y dos millones de personas sufren problemas relacionados con el descanso nocturno, según un informe sobre contaminación acústica ambiental de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA).
Los grupos más vulnerables son los ancianos, mujeres embarazadas, personas de bajos recursos y aquellas con enfermedades previas, pero también los más jóvenes, quienes cada vez más se ven afectados. La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta en el informe World Report on Hearing que, actualmente, más de 1 billón de jóvenes están en riesgo de padecer pérdida auditiva. Según se desprende de este estudio, el 50% de las personas de entre 12 y 35 años corre el riesgo de ver deteriorada su capacidad auditiva con el paso del tiempo, debido a una exposición a ruidos elevados durante un tiempo prolongado, sobre todo, relacionados con el ocio y el excesivo uso de dispositivos musicales.
Otro informe, II Estudio de hábitos de cuidado auditivo elaborado por GAES, señala que esta situación se debe a que cada vez son más las personas que incorporan el sonido a sus actividades diarias, especialmente los más jóvenes. La mitad de las personas entre 25 y 35 años prefiere trabajar con música, un 62% se relaja con sonido con lugar de hacerlo en silencio y un 93% escoge realizar deporte escuchando música.
El estudio indica, además, que 4 de cada 10 jóvenes reconoce escuchar música a un volumen alto, por encima de los 60 decibelios recomendados -en un concierto se pueden alcanzar los 100 dB, escuchar música con auriculares puede superar los 90 dB y estar en un bar los 80 dB-, según GAES.
En la mayoría de los casos, este daño se produce poco a poco, sin que las personas afectadas lleguen a darse cuenta del deterioro auditivo. "El hecho de no ser conscientes hace que no se le dé importancia hasta que ya es demasiado tarde", afirma Francesc Carreño, Audiology and Quality Manager de GAES. Por eso, la prevención siempre es la mejor solución.