Un estudio de la Universidad de Oxford, divulgado hace apenas 24 horas, asegura que el uso de dexametasona (esteroides) podría ayudar a salvar la vida de pacientes que se encuentran en estado grave a causa de coronavirus. Los resultados los confirma el investigador del hospital Clínic de Barcelona, Carlos Ferrando, quien explica los detalles de este medicamento en Informativos Telecinco.
El doctor Ferrando corrobora los resultados de Oxford, sin embargo, hace un matiz. "El estudio no ha sido publicado. Han sido publicados los resultados, que señalan que el uso de dexametasona disminuye la mortalidad en pacientes con coronavirus con fallo respiratorio", comenta el experto.
El investigador del Clinic de Barcelona, anteriormente en el de Valencia, es uno de los expertos españoles que estudian desde hace meses el uso de este corticoide. Entre otros: Domingo Martínez, doctor del hospital Arrixaca de Murcia, Tomás Muñoz, del hospital Cruces de Barakaldo, Alfonso Ambrós, Jefe de Servicio de Medicina Intensiva en SESCAM o Jesús Villar, del Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas y Sepsis de la SEMICYUC.
Actualmente hay unos 15 estudios en todo el mundo sobre corticoides en pacientes críticos, de los que cuatro se centran en la dexametasona (entre ellos, el español y el de Oxford). Sin embargo, a raíz de las primera noticias que llegaron de Reino Unido, así como de la administración de corticoides a pacientes COVID-19 durante la pandemia, el estudio español, y otros que aun no estaban cercanos a conclusiones, han sido paralizados -por el momento-.
"Habrá que esperar a que se publique el artículo británico y, según las conclusiones y el análisis que se haga del mismo, se verá si es posible continuar con el nuestro en España (en el estudio había pacientes a los que se administraba dexametasona y a otros, no; si se demuestra que este corticoide es beneficioso, no sería éticamente posible dejar a ningún paciente sin su dosis)", comenta el doctor Jesús Villar a Informativos Telecinco.
La dexametasona no beneficia en fases iniciales, (casos leves) pero continúa su investigación. "Lo de fases iniciales viene por los resultados de pacientes con fallos respiratorios de causa virica de otros virus -previamente-, como el SARS: se hicieron estudios, donde se dieron corticoides y había resultados que decían que en fases iniciales podía aumentar la mortalidad porque no permitía disminuir la carga viral, no dejaba que el virus se lavase. Esto no se habia demostrado como tal en el virus SARS-CoV-2, que tiene particularidades respecto al resto de virus", detalla Ferrando.
"Lo que publicamos en The Lancet en febrero, que nada tiene que ver con el COVID-19, eran pacientes que habían tenido síndrome respiratorio de cualquier etiología (ya sea vírica, bacteriana o inflamatoria a causa de pancreatitis, entre otras). El síndrome de distrés respiratorio es un síndrome que tiene muchas etiologías. Nosotros tratábamos este síndrome independientemente de la causa etiológica. Lo que vimos es que este medicamento en fases precoces de distrés, a unas dosis moderadas (el distrés moderado se ve, pacientes que requieren ventilación mecánica), disminuía la mortalidad de los pacientes. El corticoide dexametasona es un antiinflamatorio y en el distrés se produce una gran inflamación", señala Ferrando sobre el estudio español.
La dexametasona, que también se usa para tratar ciertos tipos de cáncer, no se debe utilizar en casa. "Cuando uno tiene una respuesta inflamatoria de este calibre, en casa no está. Está hospitalizado, habría una situación de fallo respiratorio. Los corticoides se dan en casa, otra cosa es que en casa sean eficaces -en estos casos-, porque, además, se necesitarán fármacos, oxígeno... El estudio señala que el medicamento no es efectivo si no hay fallo respiratorio", precisa el experto sobre la dexametasona, un medicamento que actúa cuando hay una respuesta inflamatoria, en la llamada tormenta de citocinas.
"Los autores de Oxford han demostrado que es eficaz en la población que han estudiado, lo que pasa que los resultados tienen que ser revisados, validados y publicados. La investigación se desarrolló con 6 000 pacientes (a 2 000 se les dio el corticoide y a los otros 4 000 no). Esta muestra es más que suficiente. Tantos pacientes, el resultado es contundente. Estos estudios debieron ser replicados", apunta Ferrando.
"Los corticoides se usan desde hace muchos años para numerosas cosas. Este en particular es un corticoide de uso habitual en numerosas patologías de pacientes. No es nuevo, lleva muchos años en el mercado", concluye. La dexametasona podría ser un gran remedio para casos graves, pero habrá que esperar a los análisis.