Identificar un 50% de los casos positivos por COVID-19 mediante tests evitaría rebrotes y una segunda ola de contagios, según el estudio epidemiológico en el que ha participado el científico, ingeniero y empresario español David Martín-Corral Calvo. La investigación, de la que es coautor y ha sido publicada en la revista científica 'Nature', tiene como objetivo ayudar a las autoridades sanitarias a tomar las medidas adecuadas para no saturar los sistemas hospitalarios con los rebrotes.
Según ha informado Zensei, empresa especializada en datos, epidemiología y salud respiratoria para la que trabaja, el resultado del estudio, realizado con un modelo computacional epidemiológico con datos reales de movilidad del área metropolitana de Boston (USA), determina que para que el sistema hospitalario no se sature por ingresos por la COVID-19 es necesario que las autoridades sanitarias al menos identifiquen un 50% de los casos positivos por COVID mediante tests y trazar el 40% de los contactos de los casos positivos, mediante técnicas rastreo.
Esta colaboración se ha realizado gracias a un equipo multidisciplinar de científicos de distintas universidades como la Universidad Carlos III de Madrid, Universidad de Zaragoza, MIT (USA), Northeastern University (USA), Universidad de Florida (USA), Fundación ISI (Italia), entre otras y la empresa madrileña Zensei, de la cual David Martín-Corral es cofundador y director general.
Por otra parte, el científico de Harvard Michael Mina propone un radical cambio de estrategia para evitar un indeseado nuevo confinamiento. Su propuesta es la realización de tests rápidos, con un precio de 1 dólar por unidad, basados en tiras de papel que se pueden realizar en casa sin necesidad de especialistas y son fáciles de distribuir. Esta tecnología, que ya existe, pero no ha sido autorizada por su escasa fiabilidad comparada con las pruebas PCR, tienen un mecanismo sencillo.
Se añade una pequeña muestra de saliva o moco nasal en un tubo con químicos, se esperan 15 minutos y posteriormente se introduce la tira de papel en el tubo y se leen los resultados. "Tenemos que cambiar todo el guión sobre lo que significa hacer tests a la gente", declara Mina, citado en un artículo de la revista oficial de la Universidad de Harvard. "La gran mayoría de los positivos por test PCR que realizamos actualmente encuentran a gente que ha dejado de ser contagiosa hace tiempo".
El problema del sistema actual, a juicio de Mina, es que es demasiado lento. Los contactos de los positivos se localizan días después de haberse contagiado y los resultados de los tests PCR suelen retrasarse al menos 24 horas. El objetivo del plan de Mina es que los nuevos infectados puedan ser localizados a tiempo de que puedan continuar con la cadena de contagios.
Según el plan de Mina, la inmensa mayoría de las personas que dieran positivo lo harían antes de ser contagiosos y ellos mismos se impondría una cuarentena sin necesidad de que se realizará la compleja y, hasta ahora, relativamente poco efectiva labor de rastreo.
El gran problema de la idea de Mina es que no es legal. Los tests rápidos que serían la piedra angular de su plan no han sido aprobados por ningún regulador en el planeta debido a su escasa fiabilidad y nada parece indicar a corto plazo que esta situación vaya a cambiar.