Aprendiendo del SARS: preparación para el próximo brote de enfermedad. La fecha impresiona: el 30 de septiembre y el 1 de octubre de 2003. Los participantes discutieron la aparición, detección, propagación y contención del SARS; respuestas políticas a la epidemia; sus consecuencias económicas; investigación básica sobre coronavirus; preparativos para un posible resurgimiento de SCoV; y las lecciones aprendidas de la epidemia de SARS que podrían dar forma a las respuestas a futuras amenazas microbianas. Y sus conclusiones visto lo visto no fueron escuchadas como deberían.
"Es solo cuestión de tiempo hasta que una gripe altamente virulenta y contagiosa, como la cepa que causó más de 20 millones y quizás hasta 40 millones de muertes durante la epidemia de gripe de 1918", destaca el informe. El SARS de 2003 demostró que el suministro y la eficacia de los medicamentos antivirales, las capacidades para predecir con precisión la mejor cepa viral para la producción anual de vacunas y los mecanismos para la producción siguen siendo inadecuados.
A falta de otras formas de intervenciones efectivas, la implementación de estrategias de cuarentena o aislamiento puede resultar valiosa en tales casos, señala el informe en un anticipo de las medidas que ahora se llevan a cabo en el mundo.
La suspensión o cancelación de actividades públicas (como eventos, transporte público o acceso a edificios públicos) o medidas de refugio serán claves, así como el monitoreo de personas asintomáticas expuestas a una enfermedad infecciosa.
El informe alertaba de la insuficiencia de fondos, la escasez de mano de obra y la falta de instalaciones para combatir un SARS más maligno. El potencial de posibles brotes futuros no solo justifican las inversiones actuales en investigación básica sobre virus y microbios, sino que también abre la necesidad de una mayor inversión en los esfuerzos de investigación de infecciosas zoonóticas.
No faltaba el llamamiento al sector privado para específicamente a las compañías farmacéuticas y de biotecnología, para que apostaran en la investigación y el desarrollo de productos destinados a las mayores amenazas para la salud pública , incluidas las enfermedades infecciosas.
El informe criticaba que muchos gobiernos continuaban asignando recursos inadecuados a sus sistemas de atención médica y carecían de la voluntad política para mejorar la calidad de sus sistemas de salud pública y la integración de esos sistemas a nivel nacional e internacional.
Esta observación destaca una lección adicional ofrecida por el SARS, una que se hace eco de lo que hemos aprendido del VIH / SIDA, la gripe y el ébola., malaria y una serie de otras enfermedades infecciosas: el estado desesperado de la infraestructura de salud pública en gran parte del mundo, y especialmente en aquellos países donde es más probable que surjan y se afiancen las amenazas microbianas.
Si se tienen en cuenta estas lecciones, las estrategias globales para mejorar las capacidades de prevención y control de todas las naciones serán importantes a medida que el mundo se prepare para futuros brotes de enfermedades infecciosas. Todas estas advertencias cayeron en saco roto y ahora se ven las consecuencias.