Tras varios meses de encierro, la nueva normalidad llega en pleno verano. A las ganas de sol y aire, en muchos casos se une la necesidad de darle al cuerpo las dosis diarias de vitamina D sin olvidar el necesario cuidado de la piel.
Esta vitamina, que la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), considera una hormona, se sintetiza por el cuerpo mediante la exposición directa al sol, así que es imprescindible conciliar el cuidado de la piel con la síntesis de vitamina D. Por una parte, en los adultos, un déficit de vitamina D impide la correcta absorción del calcio y el fósforo pudiendo provocar graves problemas de salud, entre otros, enfermedades como la osteoporosis. Por otra, la exposición al sol sin protección frente a los rayos UV contribuye a la acumulación del daño en la piel, acelerando el envejecimiento y aumentando el riesgo de cáncer de piel.
La pregunta es ¿cómo hacer compatible la síntesis de vitamina D con cuidar de la salud de la piel? Según la AEDV, “en verano y primavera es suficiente si te da el sol en piernas, brazos y cara 15 minutos al menos 3 veces a la semana”.
No obstante, los dermatólogos consideran que los beneficios que proporciona tomar el sol sin protección no son comparables con los riesgos que se corren. En caso de deficiencia, siempre es posible promover la síntesis de vitamina D mediante ciertos alimentos como el pescado azul, el hígado, la leche, el zumo de naranja, la margarina, los cereales o el huevo y, en caso de deficiencia acusada, siempre podrán prescribirte suplementos de vitamina D.
Los expertos coinciden en que hay que tomar el sol siempre con protección pues ha quedado demostrado que los protectores solares no reducen significativamente los niveles de vitamina D porque en general no se utilizan de la manera adecuada: la recomendación es usar un bote de 200 gr para 6 aplicaciones cuando se usa en la cantidad y extensión adecuada, además, se debe reaplicar después de cada baño y siempre cada dos horas. Lo cierto es que estas recomendaciones para el uso de la protección solar no se siguen a rajatabla, lo que impide que la crema solar se convierta en un escudo absoluto para la absorción de los rayos UVB.
La AEDV también aclara que “la radiación biológica efectiva de producción de vitamina D presenta un ciclo diario, directamente relacionado con el ángulo cenital. En España la radiación biológica efectiva para lograr niveles óptimos de vitamina D se da en las horas centrales del día, que es también la radiación que más eritema produce”. Por otra parte, se sabe que la radiación que ayuda a la síntesis de vitamina D es la ultravioleta B (UVB)
Quienes no tienen la opción de tomar un poco de sol para lograr la síntesis de vitamina D, la puede obtener mediante la ingesta de ciertos alimentos como el pescado azul, el hígado, los lácteos, los cítricos, la margarina, los cereales o el huevo.
También existen evidencias de que el ejercicio físico puede aumentar las reservas de vitamina D, aunque se necesitarían ensayos clínicos controlados cuidadosamente a largo plazo para establecer esta relación de causa y efecto.
Por otra parte, la Sociedad Europea de Endocrinología (ECE) también ha constatado que las personas con sobrepeso son más proclives a tener niveles bajos de vitamina D. Los investigadores aún no tienen claro si la falta de vitamina D predispone a las personas a almacenar grasa o si los niveles de grasa altos disminuyen los niveles de vitamina D, pero la investigación apunta a un papel más importante para la grasa en esta relación.
Sólo en caso de un déficit acusado de vitamina D y siempre bajo prescripción médica, sería conveniente tomar suplementos