A pesar de llevar más de un año conviviendo con la pandemia del coronavirus, todavía hay algunas medidas de seguridad que no tenemos claro cómo cumplir. La obligación de llevar mascarillas en todos los lugares públicos nos protegen a nosotros y a los demás del contagio, pero sólo si utilizamos mascarillas homologadas y las colocamos de manera correcta.
Es muy habitual ver a personas que se colocan la mascarilla cruzando las gomas de sujeción, en forma de X, antes de pasarlas por detrás de las orejas. Esta es una práctica muy habitual, sobre todo en el caso de las mascarillas quirúrgicas, que da la falsa sensación de que así están más ajustadas a la nariz y la boca. Pero el efecto que se consigue es exactamente el contrario.
Al colocar la mascarilla cruzando las gomas puede que sintamos la tela de las mismas más próximas a nariz y boca, pero se produce una arruga en la superficie de la misma que abre un agujero en los laterales. Así, la mascarilla no está bien ajustada y el aire sin filtrar se escapa de una manera masiva. Los expertos aseguran que tan solo una apertura de un 2% en la mascarilla puede hacer que el 50% del aire producido por el aliento salga de la mascarilla sin filtrar.
Si la mascarilla nos queda un poco grande y sentimos que no se ajusta lo suficiente hay que acortar las gomas realizando pequeños nudos en sus extremos, con lo que conseguiremos que toda la superficie de los filtros de la mascarilla se peguen sin problema a nuestra nariz y boca y no se desplacen.
Muchos expertos están alertando en las redes sociales sobre el peligro de esta práctica y recomendando la mejor manera de colocar las mascarillas quirúrgicas. Entre ellas, la Junta de Andalucía ha lanzado una campaña de concienciación para que la población aprenda la manera correcta de ajustarla.