Rocio Gómez Hermoso, psicóloga clínica del servicio de urgencias médicas de la Comunidad de Madrid, ha explicado en una entrevista con Pedro Piqueras a través de una conexión con Informativos Telecinco cómo es la situación a la que actualmente se enfrentan los sanitarios y cómo son esos momentos en los que tienen que asistir a los contagiados por coronavirus.
El primer contacto con los afectados que llegan a urgencias “es muy complicado”, cuenta, “porque se encuentran en un momento muy difícil en el que normalmente no están acompañados por familia y muchas veces no saben si es positivo o no, y tienen la sospecha”. Cuando esa sospecha se confirma, explica, “se produce un derrumbe emocional y el acompañamiento tiene que intensificarse porque tienen que afrontar un proceso difícil por delante y tienen que sacar fuerzas”.
En ese momento, detalla la psicóloga clínica, sus esfuerzos se centran en tranquilizar al paciente y “acompañarle”. “Se le tranquiliza aunque sea con guantes, teniendo algún grado de proximidad. Se le tranquiliza intentando usar un tono suave y lo más afectuoso posible, porque en ese momento necesita sentirse acompañado, querido y apoyado por el personal sanitario”, explica.
Con más de 56.000 casos y más de 4.000 muertos por coronavirus en España, el sistema sanitario permanece colapsado y son multitud los casos a los que los profesionales se enfrentan diariamente. “Siempre hay casos” que impactan especialmente, explica Gómez Hermoso, quien lamenta que aún “nos queda mucho como para que puedan aparecer casos más duros”. De ellos, sobrecogen especialmente los relativos a “personas mayores que están solas y no pueden comunicarse con sus familiares”. “Es muy difícil que se vean cada vez peor y sientan que pueden morir en cualquier momento”, explica.
Más allá, las estrictas medidas a las que obliga el virus hace que, cuando se confirma lo peor, las familias ni siquiera puedan velar a sus muertos.
“El duelo en estos procesos es muy complicado. Las personas cuando queremos a otras y están mal queremos despedirnos, acompañarlas y compartir el dolor con otros familiares, cosa que tampoco se puede hacer porque cada uno está confinado en una casa y no se puede llevar a cabo ningún funeral”, explica la psicóloga, quien afirma que es justo en estos momentos tan duros y dramáticos cuando “se ve lo más bondadoso y lo mas ruin del ser humano”. Lo primero se aprecia en ese trabajo incansable de todos aquellos que doblan su horario de trabajo y exponen su propia vida para intentar salvar la de todos los demas. Lo segundo, --las situaciones ruines--, como las quejas, indica Gómez Hermoso, por suerte no forman parte de la mayoría. “Son las menos, pero estamos viviendo una situación muy dolorosa”, explica.
En esta situación, los momentos finales son especialmente duros. “No se puede explicar. No se puede dar ninguna pauta para que entiendan que lo que les está pasando es el final. Hay que sacar el mayor grado de humanidad posible y hay que estar próximo. La explicación como tal no sirve, porque las personas son conscientes de lo mal que se encuentran y son consciente de lo que les espera al final. Les vale mucho más un apoyo psicológico y humanitario”, concluye.