Los pacientes hospitalizados con infección grave por COVID-19 experimentan una coagulación anormal de la sangre que contribuye a acelerar su muerte, según concluye un estudio realizado por científicos irlandeses.
La investigación, que corrió a cargo del Centro Irlandés de Biología Vascular (RCSI) y el Hospital St. James en Dublín (Irlanda), y que se ha publicado en la revista British Journal of Hematology, demuestra que aquellos pacientes con niveles más altos de coagulación sanguínea presentaban un pronóstico significativamente peor que el resto, por lo tanto tenían más probabilidades de requerir el ingreso en cuidados intensivos.
Los científicos han logrado demostrar que esta anomalía causa microcoágulos dentro de los pulmones, fenómeno que no ocurre con otros tipos de infecciones pulmonares. "Nuestros hallazgos demuestran que el COVID-19 está asociado con un tipo único de trastorno de coagulación de la sangre que se centra principalmente en los pulmones y que, indudablemente, contribuye a los altos niveles de mortalidad que se observan en pacientes con la enfermedad", indica James O 'Donnell, coautor del estudio, en un comunicado.
“Entender cómo se forman estos microcoágulos dentro del pulmón es crítico para poder desarrollar tratamientos más efectivos para nuestros pacientes, particularmente aquellos en grupos de alto riesgo”, explicó. Una teoría indica que los receptores ACE2 funcionan como la puerta de entrada del coronavirus al cuerpo y "facilitan" la infección. Y se han vinculado causalmente a un menor riesgo de infección y a la gravedad de la enfermedad en los fumadores, porque se cree que la nicotina afecta a la expresión del ACE2 de varias maneras.
El estudio explica que el origen étnico juega un papel importante en los efectos de la coagulación de la sangre. Los chinos corren un menor riesgo de coágulos sanguíneos en general, probablemente debido a diferencias genéticas. Sin embargo, la coagulación de la sangre es más peligrosa para los caucásicos, específicamente el tromboembolismo venoso. “La etnia tiene efectos importantes en el riesgo de trombosis, con un riesgo tres o cuatro veces menor en los chinos en comparación con los caucásicos y un riesgo significativamente mayor en los afroamericanos”, se argumenta.
“Dado que el riesgo trombótico se ve significativamente afectado por la raza, nuestros hallazgos plantean la intrigante posibilidad de que la vasculopatía pulmonar (trastorno de los vasos sanguíneos en los pulmones) pueda contribuir a las diferencias inexplicables que están empezando a surgir, destacando la susceptibilidad racial a la mortalidad por COVID-19”, detalla el trabajo.
Los científicos llegaron a la conclusión de que el trastorno de coagulación, de alguna forma, también explica la aparición de hipoxia (una disminución en el nivel de oxígeno en la sangre) en pacientes con coronavirus, lo que aumenta significativamente el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares o ataques cardíacos.