El nuevo coronavirus registra más de 2.700 fallecidos en todo el mundo, con la gran mayoría de ellos en China continental, y el número total de casos globales supera los 80 000. Sin embargo, no hay motivo para alarmarse más de lo necesario porque el principal factor de inquietud ante el nuevo coronavirus es el desconocimiento.
Debemos tener en cuenta que las infecciones por coronavirus en humanos son corrientes, y que suceden todos los inviernos en forma de resfriados. Además, las personas que han fallecido tenían, en su mayoría, edades elevadas y problemas de salud anteriores. Por otra parte, los datos confirman que la gripe común tiene más impacto que ésta nueva porque son muchos más los contagiados.
Los médicos ya han recibido protocolos para actuar contra el coronavirus y piden que las personas que crean que estén en riesgo de contagio actúen de forma generosa para evitar contagiar a otra persona.
Para poder actuar correctamente ante este nuevo virus debemos conocer sus síntomas, que son muy similares a los de la gripe común. Entre los indicios más destacados encontramos:
El diagnóstico de la enfermedad solo puede confirmarse mediante pruebas específicas. Por ejemplo, mediante pruebas de ARN con las que se analiza la información genética del virus y se comprueba si este pertenece a la familia de patógenos responsables de este nuevo brote.
Debemos recordar que este virus se contagia a través del aire o mediante el contacto humano. Nuevas investigaciones sugieren que el periodo de incubación puede llegar a ser de hasta 24 días.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha elaborado una serie de orientaciones para responder a la necesidad de contar con recomendaciones sobre cómo cuidar de los pacientes sospechosos de haber contraído el nuevo coronavirus (2019-nCoV).
Indican que lo correcto sería llamar al 061 y no acudir a las urgencias hospitalarias o centros de salud para, así, evitar contagios entre el resto de la población. Tras comentar los síntomas al equipo del 061 son los sanitarios públicos quienes deciden si derivar o no al paciente a un centro de salud o a un hospital.
Si los supuestos infectados se mantienen en sus viviendas, habrá que mantener un canal de comunicación abierto con un profesional sanitario durante todo el tiempo que dure la atención del paciente en el domicilio. A su vez, habrá que instalar al presunto infectado en una habitación individual y su cuidador deberá llevar mascarilla y guantes para tratar al enfermo. Además, se deberán extremar las medidas de higiene en el hogar.
Si se decide trasladar al paciente al hospital Una vez en el hospital se llevaría a la unidad oportuna, bien para recogerle unas muestras o para que quedarse en el hospital.
En este sentido, hay que destacar la modélica actuación del joven de 24 años que dio positivo en coronavirus en Madrid la pasada noche, ya que llamó a urgencias y fueron los equipos médicos quienes se desplazaron a su hogar para tomarle las muestras que finalmente dieron positivo. De este modo, se evitaron colapsos en los centros hospitalarios o de salud, que pueden poner en peligro al resto de personas que se encuentren en el mismo lugar.
Para la población general no son necesarias. Las mascarillas son sobre todo una herramienta para que las personas que están enfermas no transmitan el virus a la gente que les rodea a través de sus toses. También pueden ayudar a las personas que cuidan de los enfermos.
Lavarse bien las manos y con frecuencia y evitar tocarse la boca, la nariz o los ojos son medidas que ayudan a coger menos infecciones como la gripe y también funcionan con el coronavirus. Como medida óptima se recomienda frotar las manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos.
Como con la gripe común, es mejor estornudar en el codo que en la palma de la mano, pero aún mejor en pañuelos desechables que no se devuelvan al bolsillo. Cuando se trata con personas que tosen, estornudan o tienen fiebre, la distancia de seguridad para minimizar el riesgo de contagio sería de un metro.