Casi toda España entra, desde este lunes, en la Fase 0 de la desescalada y desde hoy podemos volver a las consultas médicas de especialistas que durante la cuarentena solo han atendido contadas urgencias. Poco a poco vamos perdiendo el miedo a ir al médico dónde vamos a encontrar, eso sí, medidas de seguridad nuevas y sorprendentes.
Las autoridades sanitarias recomiendan que se debe acudir al médico cuando sea necesario y no postergarlo por miedo al coronavirus para evitar posibles complicaciones. Las consultas han reabierto desde este lunes pero hay un antes y un después de la pandemia. Las salas de espera son ahora lugares solitarios. Lo primero que se hace es tomar la temperatura y separar a los pacientes para evitar posibles contagios.
Acompañamos a Mary Paz en un chequeo. En lo peor del confinamiento tuvo que operarse de la columna de urgencia a causa de una caída. Habla con el médico a través de la mampara, ocupa un compartimento señalizado y no coincide casi con nadie.
También en la sala de espera nos encontramos con Juan, la mitad de Los Chunguitos, que ha superado el coronavirus y viene a una revisión rutinaria. Le acompaña su mujer, que ha pasado con él el confinamiento. Por cierto, dice que se encuentra, "de maravilla".
Mientras en las UCI y en los hospitales se va volviendo a la normalidad, en las consultas médicas se acumula el trabajo. "Caídas durante durante esta etapa de confinamiento subiendo y bajando escalones, dando saltos o haciendo ejercicios que lo han hecho en su vida", recapitula el Dr. Manuel de la Torre Gutiérrez, jefe del servicio del Neurocirugía.
La odontólogía se ha convertido en una profesión de riesgo debido al contacto con la boca del paciente. "Somos una de las profesiones que más riesgo tienen de contagiarse", nos confirma Natalia Berdós, odontóloga en la Clínica Salud Bucodental De La Torre. Atiende enfundada en un traje completo de protección y mascarilla de gas.
Salas de espera con un solo paciente, vitrinas clausuradas y estrictas medidas de seguridad que, aunque nos sorprendan, sólo pretenden protegernos. Nuestra relación con el mundo sanitario se aleja lo físico pero se mantiene muy cerca de todo lo demás.