Cuidar la mente, el cuerpo y otros consejos para recuperar los buenos hábitos después del verano

  • La vuelta a la rutina se nos puede hacer cuesta arriba, pero es un momento perfecto para introducir cambios positivos

  • Cuidar tu alimentación y apostar por deportes y actividades que te gusten puede ayudar a sobrellevar este tránsito

  • Es el momento de analizar tu rutina previa para eliminar actividades negativas y añadir tareas positivas

El fin del verano suele ser un momento difícil para todos: la vuelta al trabajo, la vuelta al cole... en general, el retorno de la rutina y el adiós a los días de relax se nos puede hacer cuesta arriba si no adoptamos una actitud positiva que nos permita recuperar la normalidad de forma progresiva y saludable.

Si, además, durante estos meses te has entregado a los excesos y has abandonado un poco tus hábitos de salud, es posible que retomarlos te cueste más de la cuenta y que esta circunstancia se sume al drama general del retorno a tus obligaciones. Que no cunda el pánico: el primer paso es conocer qué trucos debes tener en cuenta para recuperar los buenos hábitos después del verano para, poco a poco, ponerlos en práctica y comenzar a sentirte mucho mejor.

Trucos para recuperar los buenos hábitos después del verano

Los momentos de cambio relativamente forzosos, como puede ser el fin de las vacaciones, pueden ser perfectos para marcarte nuevas metas, aprovechando el impulso de las nuevas rutinas que necesariamente vendrán. Por eso puedes intentar, poco a poco y sin excesivo agobio, introducir ajustes que te permitan llevar una vida más sana y, de paso, afrontar esta etapa de una forma más suave.

Puede sonar contraproducente añadir más tareas a la lista en un momento así, pero lo cierto es que gestos como hacer algo de deporte, cuidar tu alimentación... te ayudarán a estar de mejor humor y a tener más energía para hacer frente a la vuelta a la oficina y a los madrugones.

Estos son algunos consejos para recuperar los buenos hábitos tras las vacaciones:

  • Apuesta por una alimentación variada y equilibrada. Lógicamente, es recomendable seguir esta pauta durante todo el año, pero durante el verano solemos saltarnos un poco las reglas y cometer excesos que nos pasan factura. Y no se trata solo de la báscula, sino también de nuestro estado de salud. Opta por alimentos altamente nutritivos, ligeros y agradables al paladar para no 'castigarte' en exceso, e intenta mantener unos horarios más o menos fijos para ordenar el caos de comidas que solemos convertir en pauta durante las vacaciones.
  • Retoma la actividad física. Si durante el verano has dejado de lado el ejercicio, es el momento de recuperar este hábito tan saludable. No solo te ayudará a recuperarte de esos posibles kilos de más, sino que te permitirá sentirte más feliz y descansar mejor, así como a enfrentarte a la nueva rutina con más energía. Puede que al principio te cueste: intenta aumentar periodicidad e intensidad poco a poco, y comienza con actividades con las que te diviertas y te sientas bien. Puede ser un buen momento para probar una actividad nueva, apuntarte a clases...
  • Llena tu nevera de frutas y verduras. Márcate como regla consumir al menos tres piezas de fruta al día y dos piezas de verdura. En general, se recomienda un consumo mínimo de 600 gramos de fruta y verdura al día. Necesitarás la fibra, vitaminas y minerales que estos productos contienen. Una buena forma de lograr tu objetivo es convertirlos en tentempié de la mañana, la merienda y el postre, así como añadir siempre una ensalada o verdura como guarnición. Las cremas de verduras también son una buena opción, sobre todo durante la cena, ya que resultan ligeras y te permitirán descansar bien.
  • Bebe mucha agua. La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria recomienda entre 2 y 2,5 litros de agua al día. Si se te olvida beber, siempre puedes llevar una botella contigo y mantenerla en tu lugar de trabajo para que tengas presente que cada cierto rato debes rehidratarte un poco. Ayudarás a tu organismo a limpiarse y a mantenerse fresco y ligero.
  • Opta por preparaciones sanas. Las cocciones al vapor, hervido, al horno y en cremas son las más saludables. Evita en la medida en que puedas los sofritos y las cocciones complejas.
  • Huye de las dietas extremas. Puede que pienses que será mejor y más rápido quitarte de un plumazo los kilos de más recurriendo a dietas extremas, pero si en algo coinciden los nutricionistas es en que es mucho más saludable cambiar tu dieta poco a poco y recuperar tu figura de forma gradual, combinando unos buenos hábitos alimenticios con el ejercicio físico regular. Si quieres comenzar una dieta, acude a un especialista que pueda valorar tu caso concreto.
  • Cuida tu mente y reorganiza tu tiempo. Muchas veces las vacaciones nos sirven para tomar conciencia de todas las cosas que hacemos mal o que podríamos mejorar en cuanto a gestión del tiempo, manejo del estrés, falta de actividades placenteras o momentos de paz... Por eso puede ser un buen momento para crear espacios donde desarrollar aquellas cosas que te hagan feliz, intentando minimizar el impacto de las que te resten energía o te provoquen negatividad o ansiedad. Haz el ejercicio de valorar qué sobra y qué falta en tu vida, y ponte manos a la obra.