¿Es posible la erradicación mundial del COVID-19? Sí, aseguran los expertos, aunque ponen requisitos, como si la población se conciencia de la necesidad de vacunarse y aumenta la capacidad científica para responder a la aparición de nuevas variantes.
La revista online 'BMJ Global Health sugiere una puntuación comparativa de los factores técnicos, sociopolíticos y económicos de la poliomelitis, la viruela y el covid para responder sobre las posibilidades reales de acabar con esta pandemia, con más que la primera y considerablemente menos que la segunda.
La vacunación, las medidas de salud pública y el interés mundial por alcanzar este objetivo como consecuencia de los enormes estragos económicos y sociales causados por la pandemia de coronavirus hacen posible la erradicación, aseguran los investigadores, expertos en Salud Pública.
Los principales retos residen en asegurar una cobertura vacunal suficientemente alta y en ser capaces de responder con la suficiente rapidez a las variantes que puedan eludir la inmunidad, precisan los autores.
Para estimar la viabilidad de la erradicación del COVID-19, definida como "la reducción permanente a cero de la incidencia mundial de la infección causada por un agente específico como resultado de esfuerzos deliberados", los autores la compararon con otras dos plagas víricas para las que se disponía/se dispone de vacunas: la viruela y la poliomielitis, utilizando una serie de factores técnicos, sociopolíticos y económicos que probablemente ayuden a alcanzar este objetivo.
Utilizaron un sistema de puntuación de tres puntos para cada una de las 17 variables: factores como la disponibilidad de una vacuna segura y eficaz; la inmunidad de por vida; el impacto de las medidas de salud pública; la gestión gubernamental eficaz de los mensajes de control de la infección; la preocupación política y pública por las repercusiones económicas y sociales de la infección, y la aceptación pública de las medidas de control de la infección.
La viruela se declaró erradicada en 1980 y dos de los tres serotipos del poliovirus también han sido erradicados a nivel mundial. Las puntuaciones medias (totales) del análisis sumaron 2,7 (43/48) para la viruela, 1,6 (28/51) para el COVID-19 y 1,5 (26/51) para la poliomielitis.
"Aunque nuestro análisis es un esfuerzo preliminar, con varios componentes subjetivos, parece situar la erradicación del COVID-19 en el ámbito de lo posible, especialmente en términos de viabilidad técnica", escriben.
Reconocen que, en relación con la viruela y la poliomielitis, los retos técnicos de la erradicación del COVID-19 incluyen la escasa aceptación de la vacuna y la aparición de variantes más altamente transmisibles que pueden evadir la inmunidad, superando potencialmente los programas de vacunación global.
"No obstante, la evolución viral tiene sus límites, por lo que cabe esperar que el virus alcance finalmente su máxima aptitud y se puedan formular nuevas vacunas --explican--. Otros retos serían los elevados costes iniciales para la vacunación y la mejora de los sistemas sanitarios, y lograr la necesaria cooperación internacional frente al 'nacionalismo de las vacunas' y la 'agresión anticientífica' mediada por los gobiernos", admiten.
La persistencia del virus en los reservorios animales también puede frustrar los esfuerzos de erradicación, pero esto no parece ser un problema grave, sugieren. Por otro lado, existe una voluntad global de hacer frente a la infección. La enorme magnitud de las repercusiones sanitarias, sociales y económicas del COVID-19 en la mayor parte del mundo ha generado "un interés mundial sin precedentes en el control de la enfermedad y una inversión masiva en la vacunación contra la pandemia", señalan.
A diferencia de la viruela y la poliomielitis, el COVID-19 también se beneficia del impacto añadido de las medidas de salud pública, como los controles fronterizos, el distanciamiento social, el rastreo de contactos y el uso de mascarillas, que pueden ser muy eficaces si se despliegan bien.
La mejora de los sistemas sanitarios para eliminar el virus también podría ayudar a controlar otras infecciones e incluso a erradicar el sarampión, añaden.
"En conjunto, estos factores podrían significar que un análisis de 'valor esperado' podría estimar en última instancia que los beneficios superan a los costes, incluso si la erradicación tarda muchos años y tiene un riesgo significativo de fracaso", escriben.
La eliminación del COVID-19, definida como "la reducción a cero de la incidencia de la infección causada por un agente específico en un área geográfica definida como resultado de esfuerzos deliberados", se ha logrado y mantenido durante largos periodos en varias jurisdicciones de la región de Asia-Pacífico, proporcionando una prueba de concepto de que la erradicación global es técnicamente posible, señalan.