Los alérgicos al polen están teniendo una primavera complicada. Las lluvias caídas en las últimas semanas han propiciado un mayor desarrollo de las plantas que generan polen. Mantener las ventanas cerradas, evitar el contacto con las plantas y utilizar aire acondicionado para filtrar el aire, son algunas de las claves para reducir sus efectos.
Estos días están siendo especialmente duros para los ocho millones de alérgicos que hay en nuestro país. Tras la pasada primavera confinados, este año salimos, provocamos más contaminación y el polen se enfurece.
El polen se vuelve más agresivo. Según la alergóloga Alicia Armentía, "el polen se está defendiendo e intenta que la especie se perpetúe". La meteorología tampoco ha ayudado y con los cielos despejados y las altas temperaturas se disparan los pólenes del olivo y las gramíneas.
Tanto, que la concentración del polen de olivo es el triple que el año anterior. Sobre todo se nota en las zonas del sur. En Castilla y León está afectando especialmente el polen de gramíneas, que se ha duplicado. A pesar de que contamos con un aliado más con las mascarillas, los expertos recomiendan el uso de la FFP2.
El polen entra por la nariz y por la boca pero, también, por los ojos. Por eso, los alergólogos recomiendan el uso de gafas de sol. Pero, aún así, sigue siendo insuficiente.
Por ahora hay que continuar con las recomendaciones, como cerrar ventanas y evitar deportes al aire libre. Los niveles altos de polen continuarán altos durante la próxima semana, aunque ya tenderán a ir reduciéndose.