La fiebre es un mecanismo de defensa de nuestro organismo que se desencadena para luchar contra algún elemento extraño que pone en compromiso nuestra salud. Un dolor de cabeza para los padres primerizos. Por eso es normal que aparezca cuando nos resfriamos, (para los que siempre hay remedios caseros) cuando pasamos por una gripe, cuando sufrimos una infección... Sin embargo, esta reacción puede llegar a ser muy molesta y a impedirnos desarrollar nuestras tareas diarias con normalidad. Si quieres saber cómo bajar la temperatura corporal y controlar la fiebre, toma nota de estos consejos y remedios caseros.
Distinguir entre fiebre y coronavirus
Comprender cómo bajar la fiebre pasa por entender en primer lugar cómo funciona este mecanismo. Tal y como explican este Sanitas, nuestro cerebro cuenta con una especie de termómetro corporal que pone en marcha, cuando es necesario, mecanismos para evitar perder calor cuando la temperatura exterior descienda. El objetivo es mantener la temperatura corporal en una media de 36,7 grados centígrados, si bien esta cifra puede variar en función de cada persona.
La fiebre hace que esa temperatura se altere y se eleve por encima de lo normal como vía para proteger al cuerpo frente a infecciones provocadas por microorganismos como bacterias, hongos o virus. También algunas enfermedades con inflamación pueden provocar fiebre, e incluso el consumo de ciertos medicamentos.
Cuando esto ocurre, nuestra tendencia es la de intentar por todos los medios que la fiebre desaparezca para poder hacer una vida normal, pero lo cierto es que, en la mayoría de los casos, lo mejor es dejar que la elevada temperatura haga su trabajo y luche contra la enfermedad que estemos atravesando. Lo normal será que descienda a medida que los medicamentos que consumamos hagan su efecto, como es el caso de los antibióticos, ya que la infección estará remitiendo y por tanto dejará de ser necesaria una temperatura corporal tan elevada.
Aun así, conviene saber cómo bajar la temperatura corporal, especialmente cuando ésta sea especialmente molesta. Lo normal es que baste con reposar y consumir líquidos en abundancia para que no se produzca una deshidratación, así como evitar el exceso de abrigo y usar ropa ligera para favorecer la pérdida de calor. Normalmente se recomienda beber un vaso de agua cada hora para recuperar líquidos y sales minerales, así como para reducir otras molestias, como el dolor de cabeza o el dolor muscular.
Una dieta blanda también es de ayuda a la hora de bajar la temperatura, así como tomar baños de agua tibia (es preferible al agua fría), una técnica que, sin embargo, tendrá un efecto temporal en la fiebre. Los alimentos probióticos (yogurt, col, soja...), la fruta y la verdura ayudan también a bajar la temperatura y, por último, el uso de fármacos antiinflamatorios es de gran ayuda. Es el caso del paracetamol, el ácido acetilsalicílico o el ibuprofeno.
En el caso de los niños, cuando la fiebre es leve (temperatura axilar entre 37,5º – 37,9º C), basta con desabrigarle para que su cuerpo libere el calor sobrante, así como con crear una temperatura agradable en la estancia en la que se encuentre y usar si es necesario paños húmedos en frente, axilas e ingles. También es posible acudir a baños con agua tibia, o bien ofrecerle líquidos frescos para prevenir una posible deshidratación.
Si se superan los 38º C en temperatura axilar, estaremos hablando de fiebre propiamente dicha y tocará visitar al pediatra para identificar posibles causas. Eso sí, es importante descartar antes un posible exceso de calor: para ello, desabriga al niño y vuelve a tomarle la temperatura pasados 20 minutos.