Los síntomas más leves del coronavirus pueden confundirse con un simple resfriado o una gripe: fiebre, pérdida de olfato, dolor de cabeza... si no sabemos identificarlos bien podemos realizar un diagnóstico erróneo. Por ello, un estudio publicado en la revista Rhinology ha comparado los síntomas de personas con el virus y de personas con otras infecciones.
Para realizar la investigación se llevaron a cabo pruebas en 10 pacientes diferentes infectados con el virus, 10 pacientes con resfriados fuertes y otras 10 personas completamente sanas, todos ellos emparejados según su rango de edad y sexo.
Entre las principales diferencias que recoge el estudio se encuentra la del sentido del olfato. Aunque con el coronavirus se puede perder este sentido, al igual que el del gusto, en los casos en los que no se tiene la covid-19, sino un resfriado, la tendencia es más a tener la nariz taponada o goteando. Al contrario, las personas con coronavirus suelen poder respirar por la nariz de manera correcta.
Además, la pérdida de olor es mucho más intensa en pacientes con la covid-19, que suelen ser también incapaces de detectar los sabores amargos o dulces.
Un estudio dirigido por la Charité - Universitätsmedizin Berlin y el Instituto Max Planck de Genética Molecular (Alemania) ha mostrado que algunas personas sanas, que no han enfermado nunca de COVID-19, poseen células inmunes capaces de reconocer el nuevo coronavirus, el SARS-CoV-2. La razón podría encontrarse en anteriores infecciones con coronavirus que producen resfriados comunes. Según sus hallazgos, el 35 por ciento de los participantes que no habían pasado el COVID-19 presentaban linfocitos-T pese a que dieron negativos en anticuerpos IgG.
En un artículo en la revista científica 'Nature', los investigadores explican que la razón probable de este hecho es que el SARS-CoV-2 comparte ciertas similitudes estructurales con los coronavirus que son responsables del resfriado común.
Para su estudio, los investigadores aislaron células inmunes de la sangre de 18 pacientes con COVID-19 que recibían tratamiento y confirmaron que la PCR era positiva para el SARS-CoV-2. También aislaron células inmunes de la sangre de 68 personas sanas que nunca habían estado expuestos al nuevo coronavirus.
Los investigadores estimularon estas células inmunes utilizando pequeños fragmentos sintéticos de las "proteínas de punta" del SARS-CoV-2, las características protuberancias en forma de corona en la superficie exterior de los coronavirus que permiten al virus entrar en las células humanas. Posteriormente, probaron si las células T se activarían por contacto con estos fragmentos de proteínas. Encontraron que este era el caso en 15 de los 18 pacientes con COVID-19 (85%).