Quedan cuatro días para decir adiós a las mascarillas en interiores, aunque habrá que mantenerlas en transportes públicos, en residencias y centros hospitalarios. En el trabajo, serán los departamentos de riesgos laborales los que decidan si dejarlas o no, pero nos despediremos de ellas en tiendas o restaurantes, por eso muchos se preparan ya para enseñar las mejores de sus sonrisas, algunos de forma obsesiva y con tratamientos no profesionales que pueden llegar a ser muy peligrosos.
La blancorexia es la obsesión por tener los dientes blancos y quienes la padecen pueden llegar a sufrir graves consecuencias en su salud bucodental. Preguntados por si utilizarían un tratamiento blanqueador en casa por 9,95 euros, una joven confiesa que “estaba buscando uno parecido” y, en la misma línea, otro admite: “Si me lo puedo hacer bien, me lo haría yo”.
Pero, estos tratamientos que hacemos en casa conllevan a veces riesgos para nuestra salud bucodental, tal y como advierte Dunia, que utilizó un blanqueador que compró online: “A partir de ahí me noto mucha sensibilidad”. La consecuencia, le explica el odontólogo Iván Malagón, es que tiene “la encía un poquito quemada”.
En este sentido, alerta: “Si eso llega a profundizar a la pulpa, donde están los vasos y los nervios, podemos llegar a hacer morir esa pieza dental”.
Tales son las consecuencias que pueden tener ciertos tratamientos, que la AEMPS tomó medidas contra una empresa que vendía blanqueamientos dentales en Internet y que fue denunciada por el Consejo General de Dentistas. En concreto, el blanqueador actuaba “casi con productos desinfectantes de suelos porque la melanina, por supuesto, no se puede utilizar en la boca”.
Estos productos se venden porque con la vuelta de nuestras sonrisas, la estética de los dientes se ha convertido para muchos en una obsesión. Y, por eso, también en las redes sociales se ofrecen peligrosos consejos sobre cómo tener los dientes rectos con una lima de uñas o cómo tener una mandíbula más marcada con un curioso instrumento.
“Eso puede dañar las articulaciones temporomandibulares, puede llegar a provocar dolores de espalda, dolores de cuello, puede llegar incluso a romper los dientes que estén un poco débiles”, señala Malagón.