Uno de los grandes dramas del coronavirus es no poder decir adiós. Los efectos colaterales que este duelo patológico van a tener ya lo han dejado claro los psicólogos. Las secuelas del coronavirus van a ser psicológicas y sociales. Y durarán. Veremos cómo es nuestra sociedad cuando esto acabe.
Ahora el impacto emocional de cosas que creíamos seguras y valorábamos poco renacen. Esos abrazos para tratar de mitigar el dolor por una pérdida están prácticamente desterrados, las nuevas tecnologías ofrecen una alternativa para proporcionar algo de consuelo a quienes pierden a un ser querido.
Algunas empresas ofrecen desde hace tiempo un servicio de condolencias virtuales para aquellos familiares o amigos que no pueden trasladarse para asistir a un velatorio o a un funeral, una posibilidad que ahora ha quedado totalmente vetada por el estado de alarma consecuencia del coronavirus.
Una de estas empresas es Vivo Recuerdo, que ha detectado un aumento del 300 por ciento en las interacciones de personas que trasladan sus condolencias y expresan sus sentimientos a través de su plataforma tecnológica, una especie de muro virtual en el que compartir el duelo a través de textos e imágenes. "Ayuda a drenar esa pérdida y a reconfortar", señala Víctor Juárez, responsable de comunicación de esta compañía, que ha decidido abrir la aplicación de forma gratuita a los tanatorios que lo requieran.
Si antes del inicio de la crisis sanitaria esta plataforma que se puede visualizar desde dispositivos móviles registraba una media de veinte condolencias por fallecido, ahora esta cifra puede llegar a ochenta. "Es algo terapéutico", sostiene.
La gerente de Pompas Fúnebres Ibiza, Ana Marí, considera que el uso de esta tecnología que ofrece en su empresa permite realizar un "homenaje" en un momento en el que "no hay otra manera de hacerlo".
Las condolencias virtuales registradas por esta compañía se han incrementado un 200 por ciento, a pesar de que el coronavirus "no ha generado un grave impacto" en la isla, según asegura.
"A las familias les sirve de alivio y consuelo como mínimo. Nada es suficiente, pero ayuda a compensar", afirma. En la misma línea se pronuncia el dueño de la funeraria valenciana Luis Nuevo, Jorge Girón, quien explica que estos servicios, cuyo uso se ha incrementado de manera muy notable en los últimos días, permiten sacar una "sonrisa" en tiempos en los que no se puede dar un último adiós.
La compañía funeraria Mémora, que también se ha visto obligada a "adaptar" sus prestaciones por la pandemia de la COVID-19, ha triplicado el número de pésames virtuales y ha percibido un incremento en la contratación de los funerales en directo o en diferido por internet antes de su suspensión, detalla el director de Comunicación y Relaciones Institucionales, Fernando Sánchez.
"La ritualización es importante para iniciar un buen duelo", subraya sobre la posibilidad de poder realizarlos a posteriori, cuando esté permitido por las autoridades. Sobre este asunto, la profesora de Psicología de la Universidad de Oviedo, Susana Al-Halabi, sostiene que todo fallecimiento es doloroso, pero la principal diferencia es que ahora no hay expresión de ese sufrimiento y tampoco se puede recibir el consuelo de los demás. La experta relata que el hecho de no poder despedirse de un ser querido puede dificultar que el duelo se produzca de una manera "sana", aunque también recalca que no es conveniente generalizar en este tipo de cuestiones tan personales.
"Es posible que haya personas que tengan sentimientos de culpa y de abandonar a sus familiares por no cogerles de la mano",.¡ Sin embargo, "no poder tocarse, no quiere decir que los demás no puedan estar disponibles", de manera las nuevas tecnologías "pueden jugar un papel" como un nuevo espacio en el que compartir el desconsuelo.
El murciano Antonio Berbel puede dar cuenta de ello tras perder a su padre muy recientemente y no poder despedirle: "Me ha permitido compartir el dolor y canalizar la rabia y el sentimiento. Cuando todo pase, le realizaré un homenaje en condiciones", relata emocionado.