Cómo ser más cariñoso con mi familia
Fabio, de 25 años, comparte sus dificultades para ser cariñoso con sus padres: “Me cuesta decirles que les quiero y pienso que es algo que hay que decir, no darlo por supuesto”
Una psicóloga explica por qué eres frío con tu familia y cariñoso con tu pareja y amigos
Cómo ser más afectuoso con tus padres paso a paso: Recomendaciones para demostrarles que les quieres y mejorar la relación
Fabio tiene 25 años y una preocupación: le cuesta entender por qué es capaz de abrazar, decir piropos y, en definitiva, ser cariñoso con sus amistades, pero con sus padres tiene una relación mucho más fría. El joven riojano comparte con nosotros que quiere mucho a sus padres, “pero no me sale ir y darles un abrazo”. Algo que, como él mismo reconoce, le ha afectado en algún momento difícil de su vida. “Hay veces que sí me hubiera gustado alguna muestra de cariño, tanto darla como recibirla”. Por ejemplo, “cuando despidieron a mi padre del trabajo en 2020 lo pasó muy mal y yo le quería apoyar, pero creo que me faltó ser más cariñoso de alguna manera”, explica. “Me cuesta decirles que les quiero y pienso que es algo que hay que decir, no darlo por supuesto”.
Lo que le ocurre a Fabio es mucho más habitual de lo que pensamos y es que nuestra forma de exteriorizar el afecto puede cambiar mucho dependiendo del contexto y, sobre todo, de la persona.
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Las cinco formas de ser cariñoso
Para entender por qué somos más cariñosos en otras relaciones diferentes a la familia primero debemos conocer los tipos de afecto, es decir, las diferentes formas de expresar nuestro amor y cariño a la gente que nos rodea:
- Lenguaje. Hay personas que tienen mucha facilidad para expresar el amor con palabras. Son quienes se suelen sentir más cómodos diciendo “te quiero” por primera vez, hablando de sus sentimientos o escribiendo mensajes románticos.
- Contacto físico. Otra forma de expresar afecto es mediante el contacto físico: abrazos, besos, caricias… Este tipo de cariño depende también del receptor, ya que hay personas que se incomodan con un exceso de contacto porque sienten que se invade su espacio personal.
- Objetos materiales. Se trata de regalos materiales que no tienen por qué implicar un gasto económico desorbitado. Puede ser un anillo carísimo o un videojuego, pero también un dibujo hecho por ti, un ramo de flores que has cogido en el campo o un libro que has encontrado por casa. El trasfondo es el mismo: te has acordado de alguien y piensas que le hará ilusión.
- Tiempo de calidad. Para muchas personas es la máxima expresión del amor, aunque a menudo pasa desapercibida. El tiempo de calidad es aquel que pasas con una persona centrándote completamente en ella y disfrutando de vuestra compañía mutua.
- Servicios. Los servicios son pequeños favores que hacemos por la gente a la que queremos. Por ejemplo, un amigo te dice que está muy malito y tú le llevas un túper con comida para que no tenga que cocinar.
El cariño familiar vs. El cariño hacia amigos o pareja
Cada relación está caracterizada por un tipo de afecto. Es posible que con tu pareja predomine el contacto físico, pero que a la hora de demostrar tu cariño a un compañero de trabajo a quien admiras no le des un beso o un abrazo. Te sientes más cómo dedicándole unas palabras de admiración o incluso un pequeño detalle material o favor.
En el caso de la familia ocurre lo mismo. Tendemos a mostrar nuestro cariño de una forma más invisible, pero igual de importante: preguntándoles todos los días qué tal por WhatsApp (lenguaje), con una pequeña palmada en el hombro en los malos momentos (contacto físico), comprándoles un pequeño detalle cuando vas de vacaciones (objetos materiales), yendo a verles los fines de semana (tiempo de calidad) o ayudándoles a comprar algo a través de internet porque no saben (servicios).
Influye también la confianza, y es que nuestros padres nos han visto en nuestros peores momentos. En una familia sana también hay malas contestaciones, discusiones, lágrimas y reproches, y cuando estas experiencias se resuelven, desarrollamos una confianza única. De alguna manera sabemos que nuestros padres nos quieren (y que ellos saben que nosotros les queremos), así que olvidamos recordarlo con palabras y conductas.
¿Cómo ser más cariñoso con mis padres?
A la hora de reflexionar sobre la relación con tus padres intenta definir cuál es el tipo de afecto que predomina en vuestra familia. Después hazte las siguientes preguntas:
- ¿Te gustaría potenciar otro tipo de afecto?
- ¿Te vas a sentir cómodo expresando tu afecto de otra manera?
- ¿Te ves capaz de aprender a expresar tu afecto de otra manera?
Como vemos, influyen tres aspectos: que quieras cambiar, que ese cambio te haga sentir a gusto contigo mismo y que tengas las herramientas para cambiar.
El siguiente paso es comenzar a expresar tu cariño de maneras más diversas. ¿Cómo?
- Potenciando el tipo de afecto que ya tienes con tu familia. Por ejemplo, si eres una persona que utiliza mucho el lenguaje y siempre dices “te quiero”, puedes probar a decirles lo importantes que son para ti
- Aprendiendo otros tipos de afectos. Párate a pensar en otras formas de demostrar a tus padres que les quieres, apúntalas y comienza a aplicarlas poco a poco.