Test de ansiedad: cómo saber si estoy pasando por un proceso de ansiedad
Conoce los síntomas más comunes de la ansiedad
Aprende a identificarla a través de un test oficial para medir el nivel de ansiedad
Niveles elevados de estrés y autoexigencia, un ritmo acelerado, la hiperconectividad
La ansiedad se está considerando una de las enfermedades más comunes de nuestra era, durante la pandemia del coronavrius se ha disparado el nivel de ansiedad de la gente de todas las edades.
Niños y adolescentes son diagnosticados con cada vez mayor frecuencia y la edad en que se identifica por primera vez este trastorno también se adelanta con el tiempo aunque se ceba con los adolescentes.
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Parte de la culpa de esta tendencia se encuentra en nuestro estilo de vida: niveles elevados de estrés y autoexigencia, un ritmo acelerado, la hiperconectividad de la era de Internet y las redes sociales, el constante bombardeo de normalidad y perfección estandarizada del que somos objeto diariamente a través de distintos medios... Si sospechas que puedes sufrir ansiedad, lo mejor es acudir a un psicólogo que pueda evaluar tu situación, pero puedes salir de dudas o acercarte a una idea aproximada de tu estado a través del test de síntomas de ansiedad que pone a tu disposición el Ministerio de Sanidad. ¿Cómo saber si tengo ansiedad? ¿Cómo hacer el test de síntomas de ansiedad?
Test de ansiedad: aprende a identificar los síntomas
Lo primero que debemos saber es qué es exactamente la ansiedad y con qué se relaciona. Tal y como recuerdan desde Sanitas, la ansiedad, como el estrés, es una respuesta del organismo ante situaciones límite. Se caracteriza por una sensación de angustia leve o miedo, y la aparición de síntomas como una aceleración del ritmo cardíaco y la respiración, sudoración o sensación de flojedad. Es algo normal y que incluso puede ayudar a prender cómo afrontar situaciones complicadas, aunque sus síntomas no son agradables y es importante aprender a llevar nuestra mente a un estado más neutro.
Por otro lado, una crisis de ansiedad, sin ser un hecho grave para la salud, genera una situación de pánico que cursa con unos síntomas muy similares a los del infarto, hasta el punto de que puede confundirse con él. Ocurre de forma instantánea, sin previo aviso, y alcanza su máxima intensidad en cuestión de muy pocos minutos, pudiendo prolongarse durante unos pocos más. En este caso hablamos de supuestos más graves: no es lo mismo sentir ansiedad en el sentido más común de la palabra que experimentar una crisis de este tipo.
Estos son algunos síntomas de una crisis de ansiedad:
- Palpitaciones o elevación de la frecuencia cardiaca (taquicardia).
- Sensación de ahogo, con respiración rápida.
- Opresión en el pecho.
- Miedo o pánico. Literalmente, sentirse a morir.
- Sudoración o escalofríos.
- Temblores.
- Náuseas o molestias abdominales.
- Mareo o incluso desmayo.
- Sensación de irrealidad.
- Sensación de entumecimiento u hormigueo.
En cuanto a los test de síntomas de ansiedad, existen muchos y muy variados, pero quizás lo más aconsejable sea acudir a una fuente oficial como es el caso del Ministerio de Sanidad. En este enlace puedes encontrar acceso al test o método de evaluación del estrés o de la ansiedad más usado, que consiste en preguntar a la persona que va a ser evaluada por la frecuencia o la intensidad con que experimenta un conjunto de síntomas cuando se encuentra en una determinada situación estresante, o cómo percibe la situación.
La suma total de sus puntuaciones se compara con las de una muestra amplia de personas que previamente ha respondido a las mismas cuestiones.
Entre las preguntas se encuentran referencias expresas a síntomas como la preocupación, la presencia de pensamientos negativos hacia uno mismo, inseguridad, temor a que otros perciban nuestra ansiedad o a lo que pensarán de nosotros si ello ocurre, fumar o comer y beber en exceso, evitar repetidamente ciertas situaciones... También aparecen otros síntomas de carácter físico, como la frecuencia de molestias de estómago, sudor, temblor, tensión, palpitaciones, movimientos repetitivos (rascarse, tocarse pies y manos...)
Si tu resultado escapa a los niveles normales o si sencillamente quieres aprender técnicas para mantener tus niveles de estrés y ansiedad bajo control, es recomendable acudir a un psicólogo que pueda dotarte de herramientas para lograrlo. También utilizar a tu favor el deporte, la meditación, el yoga... para que en tu rutina diaria tengan cabida actividades que te ayuden a desconectar.