Uno de los ‘must’ en la cocina de cualquier restaurante es el buen uso de la tabla de cortar alimentos, puesto que si se hace mal se puede producir contaminación cruzada. Para evitar intoxicaciones, es importante o bien usar una diferente para cada producto (lo cual se haría en un restaurante), o bien limpiarla como es debido, como haríamos en nuestra casa (pasarle una servilleta no vale). Estos son los pasos que tienes que seguir.
Para que te hagas una idea, las infecciones que puede provocarte una mala higiene de la tabla de cortar pasan por la salmonela, el E-coli o la campylobacter, bacterias que nos estropean el verano y pueden ser graves en personas delicadas. Un estudio de Hygiene Doctor comparaba la suciedad que se acumula en la tabla si la usamos constantemente con la suciedad en la tapa del inodoro.
La elección de la tabla de cortar, en general, no es algo a lo que debamos dar muchas vueltas. Los requisitos indispensables para que una tabla sea óptima son, únicamente, que sean rápidas de limpiar, que no tengan imperfecciones como grietas o astillas (las de madera), y que no tengan agujeritos (las de plástico).
Dicho esto, sí que hay que tener en cuenta que conviene cambiar de tabla cuando empiece a tener mal aspecto o imperfecciones como las mencionadas.
Dos cosas que debes saber antes de empezar a lavar tu tabla, según el portal ‘Epicurious’, con más de 700.000 seguidores en Instagram (entre ellos celebrities como Gwyneth Paltrow o Jaime King), son las siguientes.
En general es suficiente con agua caliente y jabón para lavar una tabla, pero si necesita una limpieza más profunda, la mezcla secreta según este portal es sal y limón. Concretamente, es mejor la sal gruesa. El mix es abrasivo y por tanto quita incluso las manchas de grasa de la tabla. Además quedará un olor estupendo por al limón.
Otras fórmulas, en este caso propuestas por la web ‘Mejor con salud’, son el vinagre blanco y el agua oxigenada. El vinagre es uno de los productos más desinfectantes que hay. Bastarán 10 minutos sobre la tabla antes de enjuagar para que quede impoluta. Si además añades agua oxigenada, ya sea mezclando con el vinagre o por sí sola, te asegurarás de que no queda ni una bacteria. No lo dejes más de 20 minutos y, recuerda: tómate todo el tiempo que necesites para enjuagar.
Es otra vía que propone esta web. Los pasos son los siguientes: cúbrela con bastante cantidad de bicarbonato de sodio, deja actuar media hora, añade un poco de limón, y limpia muy bien con un paño o servilleta. Después enjuaga con agua y jabón. Con esta mezcla te evitarás bacterias, olores y moho.
Si utilizas una madera, antes de volver a guardarla asegúrate de secar muy bien la tabla. “Si el agua queda atrapada en la veta”, explica ‘Epicurious’, “puede deformar la madera y enmohecerse rápidamente. Secar con una toalla después de cada lavado (y asegurarse de que la tabla no se quede en un fregadero húmedo durante demasiado tiempo) ayuda a mantener las cosas frescas y sin moho. Después de secar el exceso de humedad de la tabla, déjala reposar para rematar y no la coloques en horizontal, para asegurarte de que el aire golpea la mayor parte de la superficie posible”, dice.