Los puntos negros son la parte visible de un exceso de sebo producido por las glándulas sebáceas. Esta sustancia, tal y como explican desde Neutrógena, sirve para lubricar la piel e impedir que las bacterias penetren dentro de la epidermis. Determinados tipos de pieles (las pieles grasas) generan más sebo que otras. Además, durante etapas como la adolescencia, momento en el que experimentamos importantes cambios hormonales, las glándulas sebáceas tienden a producir sebo en exceso. Es entonces cuando aparecen los puntos negros.
Hay personas que casi no sufren este problema y otras que se pasan la vida peleando contra ellos. Si encajas en el segundo caso, toma nota de estos consejos para eliminar puntos negros y reducir su incidencia:
Limpia tu cara en profundidad con la frecuencia adecuada. Ello dependerá de tu tipo de piel, de forma que, si es grasa, deberás limpiarla más a menudo. En general, se recomienda una limpieza profunda una vez a la semana cuando nuestra piel tienda a producir más sebo. Lo mejor es que un profesional valore tu tipo de piel y te recomiende una rutina concreta.
No olvides la limpieza diaria. Aunque debas limpiar tu piel e profundidad de vez en cuando, no olvides que también debes lavarla con un producto específico cada mañana y cada noche. Es el paso más importante para eliminar impurezas y evitar que se acumulen. Ni qué decir tiene que, si usas maquillaje, deberás eliminarlo cada día, así como usar crema hidratante.
Vigila tu dieta. Lo que comemos influye en la cantidad de sebo que genera nuestra piel: si consumimos mucha grasa y muchos derivados lácteos, es probable que la presencia de puntos negros aumente. Además, beber mucha agua ayudará a limpiar nuestra piel y a mantenerla bien hidratada.
Usa el vapor para tus limpiezas. Un truco tan viejo como efectivo es colocar una toalla sobre tu cabeza y exponer tu piel a vapor de agua (tanto si es en el lavabo como usando cualquier recipiente con agua caliente). El vapor hace que los poros se abran y que sea más fácil extraer los puntos negros.
Usa productos específicos a tu medida. Mascarillas, cremas, exfoliantes, instrumentos de limpieza... existe toda una variedad de productos para eliminar y reducir los puntos negros. Ten en cuenta tu tipo de piel y evita técnicas demasiado agresivas. Lo más importante: limpieza, hidratación y alimentación sana.