Cómo combatir la ansiedad y afrontar los exámenes de selectividad
Si te enfrentas a los exámenes de selectividad es probable que tu ansiedad vaya en aumento: es posible controlarla
Deporte, buena alimentación, técnicas de relajación y una buena gestión del tiempo de estudio y de descanso son básicos que debes introducir en tu rutina
Evita a compañeros nerviosos, así como comentar posibles preguntas y respuestas con ellos
La Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU o EvAU), mucho más conocida como selectividad, es la prueba por excelencia a la que se enfrentan miles de alumnos en toda España cada año para poder elegir sus carreras universitarias. De la nota obtenida dependen muchas cosas, entre ellas, la posibilidad de acceder a la carrera deseada en la universidad elegida. Por eso, y por la novedad de esta prueba, es habitual entre los alumnos que aparezca el estrés y la ansiedad durante las semanas previas a la prueba. Si quieres evitarlo, toma nota de estos trucos y consejos para combatir la ansiedad y afrontar los exámenes de selectividad de la forma más saludable y eficaz posible.
Trucos y consejos para combatir la ansiedad y afrontar los exámenes de selectividad
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La selectividad es una prueba diseñada para poner a prueba los conocimientos adquiridos durante el Bachillerato, así como la madurez del alumno y sus capacidades. De estas pruebas, que consisten en distintos exámenes, se extraerá una nota media que, junto con las calificaciones obtenidas durante el Bachillerato, dará lugar a una nota final que servirá como vara de medir de cara al acceso a la universidad.
Lógicamente, las carreras más cotizadas son las que suelen aplicar una nota de corte más elevada. Por lo general, las universidades privadas son más permisivas en este sentido, pero no todos los alumnos pueden permitirse afrontar su coste. En definitiva, los aspirantes a universitarios se juegan mucho en esta prueba. Por eso es importante aprender a mantener la calma y a organizarse adecuadamente durante las semanas de estudio previas a los exámenes de selectividad.
- Familiarízate con el espacio en el que te examinarás. La prueba de acceso se celebra en la universidad pública correspondiente al centro donde hayas cursado el Bachillerato. Al tratarse de un espacio con el que no estás familiarizado, puede resultarte de ayuda acudir antes de la fecha de los exámenes para reconocerte en este lugar y evitar problemas de última hora. Cuanta menos incertidumbre, mejor.
- Planifica y estudia con tiempo. La mejor forma de evitar el estrés es mantener todo bajo control y, aunque siempre pueden surgir imprevistos y modificaciones en tu planificación, es importante que controles tus tiempos y que dividas tu trabajo de estudio de forma realista y eficaz. Ten en cuenta tus necesidades y puntos débiles al hacerlo, y mantente estricto, pero sin olvidarte de descansar, ya que de lo contrario podrías acumular estrés excesivo y agotamiento de cara a las pruebas finales.
- Céntrate en cada tipo de examen. Aunque lo más importante es dominar cada materia, también es cierto que no estudiamos igual para todos los exámenes. No es lo mismo un comentario de texto que un examen tipo test, que un examen de desarrollo o de preguntas cortas. Por eso (sobre todo si llevas algunas materias ‘con pinzas’), centrarte en exámenes anteriores y realizar simulacros teniendo en cuenta el tipo de respuestas que tendrás que dar puede ayudarte a salir del paso airosamente.
- Intenta separar espacio de estudio y espacio de ocio. Estudiar de forma organizada es tan importante como descansar, por lo que es importante que separes tu espacio de estudio del de ocio. Cuando estudies, estudia: evita ir a la biblioteca a perder el tiempo, aléjate de tu móvil y rechaza las constantes pausas para tomar café. Del mismo modo, cuando descanses, descansa: intenta no pensar en los exámenes, relajarte y realiza actividades que reduzcan tu estrés, como el deporte, un paseo al aire libre, nadar...
- Hazte con toda la información que necesites. No hay nada mejor para reducir el estrés que evitar llevar cabos sueltos. Resuelve cualquier duda con tus profesores, toma clases particulares si es necesario, infórmate al dedillo sobre las condiciones de cada examen... Así llegarás a las fechas clave con la máxima seguridad.
- Aléjate del ruido. Nada peor antes de entrar a un examen que rodearte de alumnos nerviosos que te metan ruido en la cabeza: concéntrate, relájate y sumérgete en la prueba pensando únicamente en ti y en tus conocimientos, procurando confiar en tus capacidades. Incluso cuando no lo veas claro, no tengas miedo a intentarlo: muchas veces la madurez y la capacidad para relacionar conocimientos puede ‘levantar’ un examen en el que los conocimientos no sean tan evidentes.
- Aprende técnicas de relajación. Si todo lo anterior no basta para mantenerte en una calma relativa (es normal estar nervioso durante esta etapa), siempre puedes recurrir a técnicas de relajación, a a práctica de deporte, al yoga... Elige lo que mejor te siente e introdúcelo en tu rutina: notarás la diferencia. Además, te ayudará dominar algunas técnicas de respiración que puedas poner en práctica antes de cada prueba si notas que comienzas a ponerte excesivamente nervioso.
- Cuida tu alimentación. Es importante no descuidar tu alimentación durante las semanas de selectividad porque tu cerebro estará trabajando a pleno rendimiento y necesitará nutrientes que te ayuden a tener todas tus capacidades a punto. Bebe mucha agua y evita (sobre todo los días de examen) las bebidas que puedan excitarte (café, te, bebidas azucaradas...) También es aconsejable dormir las horas necesarias y en un horario regular.
- Comunícate. Es normal sentir dudas e inseguridades: compártelas con tus padres, con tus amigos, con tus profesores... Ayudarás así a quitarles peso e importancia, y normalizarás las sensaciones que estás experimentando.
Por último, los días de examen es importante desayunar bien pero sin excederte, y llevar agua y algo energético que puedas comer en caso de que la prueba se alargue. Llega con tiempo (es posible que se formen atascos), repasa si crees que puede ayudarte y evita a compañeros nerviosos, así como comentar posibles preguntas y respuestas con ellos. Si aparece la ansiedad, acude a la respiración: aíslate y concéntrate en confiar en ti. Durante la prueba, te ayudará comenzar por aquellas preguntas que mejor conoces, sin olvidar administrar bien tu tiempo: así podrás ganar confianza mientras tu cerebro busca en paralelo respuesta a las preguntas en las que más dudes.