Vacunarse contra la gripe es más importante que nunca. Los enfermos de gripe multiplican los contagios de coronavirusEl objetivo del ministerio es reducir el impacto y la mortalidad derivada de la gripe. Además, como la transmisión del virus de la gripe puede coincidir con el incremento de casos de Covid-19, Sanidad se adelantó a un posible colapso hospitalario y publicó un documento de recomendaciones el pasado mayo para esta temporada.
Este año Sanidad advierte que la vacunación "deberá ir dirigida a proteger a las personas que tienen un mayor riesgo de presentar complicaciones en caso de padecer la gripe y a las que pueden transmitir la enfermedad a otras que tienen un alto riesgo de complicaciones. Estas son las personas a las que Sanidad recomienda vacunarse sí o sí. Entre ellas se encuentran los niños, para los que Sanidad ya ha preparado una lista de instrucciones.
La pauta es de una dosis de la vacuna establecida para la presente temporada, excepto en los niños menores de 9 años en los que la pauta para la primera vez que se vacunan será de dos dosis separadas por al menos un mes. Pero esto año los expertos dejan claro que el objetivo son las personas mayores, preferentemente a partir de los 65 años de edad dado las similitudes de algunos de los síntomas de la gripe con el coronavirus. Se hará especial énfasis en aquellas personas que conviven en instituciones cerradas. Los objetivos para la temporada 2020-2021 son alcanzar o superar coberturas de vacunación del 75% en mayores, preferentemente a partir de 65 años y en el personal sanitario y sociosanitario, así como superar el 60% en embarazadas y en personas con condiciones de riesgo.
- Menores (a partir de los 6 meses) y adultos con:
Enfermedades crónicas cardiovasculares, neurológicas o respiratorias, incluyendo displasia broncopulmonar, fibrosis quística y asma.
- Menores (a partir de los 6 meses) y adultos con:
Diabetes mellitus o obesidad mórbida.
Enfermedad renal crónica y síndrome nefrótico, hemoglobinopatías y anemias o hemofilia, y otros trastornos de la coagulación y trastornos hemorrágicos crónicos, así como receptores de hemoderivados y transfusiones múltiples.
Asplenia o disfunción esplénica grave
Enfermedad hepática crónica, incluyendo alcoholismo crónico o enfermedades neuromusculares graves o inmunosupresión (incluyendo las inmunodeficiencias primarias y la originada por la infección por VIH, por fármacos –incluyendo tratamiento con eculizumab-, en los receptores de trasplantes y déficit
de complemento)
Cáncer y hemopatías malignas
Implante coclear o en espera del mismo
fístula de líquido cefalorraquídeo
Enfermedad celíaca
Enfermedad inflamatoria crónica
Trastornos y enfermedades que conllevan disfunción cognitiva: Síndrome de Down, demencias y otras
- Menores entre los 6 meses y los 18 años de edad, que reciben tratamiento prolongado con ácido acetilsalicílico, por la posibilidad de desarrollar un síndrome de Reye tras la gripe.
- Personas de cualquier edad (≥6 meses) institucionalizadas de manera prolongada.
- Mujeres embarazadas en cualquier trimestre de gestación y mujeres durante el puerperio (hasta los 6 meses tras el parto y que no se hayan vacunado durante el embarazo)
- Menores entre los 6 meses y los 2 años de edad con antecedentes de prematuridad menor de 32 semanas de gestación
Personal de los centros, servicios y establecimientos sanitarios, tanto de atención primaria como especializada y hospitalaria, pública y privada, así como personal de oficinas de farmacia. Se hará especial énfasis en el personal que tiene contacto mantenido con pacientes de algunos de los grupos de alto
riesgo anteriormente descritos.
- Personas que trabajan en instituciones geriátricas o en centros de atención a enfermos crónicos, especialmente los que tengan contacto continuo con personas vulnerables.
- Estudiantes en prácticas en centros sanitarios.
- Personas que proporcionen cuidados domiciliarios a pacientes de alto riesgo o mayores (definidos en apartados 1 y 2).
- Personas que conviven en el hogar, incluidos los menores a partir de los 6 meses de edad, con otras que pertenecen a algunos de los grupos de alto riesgo, por su condición clínica especial.
Personas que trabajan en servicios públicos esenciales, con especial énfasis en los siguientes subgrupos: Fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, con dependencia nacional, autonómica o local. Bomberos o servicios de protección civil, personas que trabajan en los servicios de emergencias sanitarias, personal de instituciones penitenciarias y de otros centros de internamiento por resolución judicial (incluyendo centros de acogida de inmigrantes).
Personas con exposición laboral directa a aves domésticas o a cerdos en granjas o explotaciones avícolas o porcinas y también a aves silvestres. La finalidad es reducir la oportunidad de una infección concomitante de virus humano y aviar o porcino, disminuyendo la posibilidad de recombinación o intercambio genético entre ambos virus.