China subraya la "necesidad urgente" de mejorar la higiene en sus mercados mayoristas y en la cadena de suministro de alimentos tras el nuevo brote de coronavirus detectado en Pekín, que hasta ahora deja 158 casos confirmados. La capital china aumentó el martes por la noche el nivel de respuesta a emergencias por el coronavirus en un intento de frenar la propagación masiva del brote, que se desató el pasado jueves en el principal mercado mayorista de Xinfadi.
Según indicó la Comisión Central de Control Disciplinario del Partido Comunista de China (PCCh) en un informe publicado en su página web, "es urgente que el país mejore los estándares de saneamiento y minimice los riesgos para la salud en los mercados".
"La epidemia es un espejo que no sólo refleja el aspecto sucio y desordenado de los mercados mayoristas, sino que también evidencia el bajo nivel de su gestión", asegura el informe. El coronavirus se detectó por primera vez en el mercado de mariscos de Huanan en la ciudad china de Wuhan, mientras que en Pekín el brote se encontró en el de Xinfadi, que ocupa una superficie de 112 hectáreas y tiene 1.500 empleados y más de 4.000 titulares de puestos de venta.
"La mayoría de los mercados se construyeron hace 20 o 30 años, cuando el drenaje y el tratamiento de aguas residuales estaban relativamente poco desarrollados", añade el organismo. Queda por ver si el país tomará medidas decididas para mejorar la higiene en este tipo de establecimientos y en los llamados mercados subterráneos y semi-subterráneos, espacios cerrados y húmedos en los que apenas hay ventilación.
Entretanto, la ciudad continúa aplicando medidas extraordinarias para atajar el nuevo brote: el portavoz municipal, Xu Hejian, afirmó en rueda de prensa que se harán más test a los residentes y que ya se han realizado 87.000 pruebas de ácido nucleico en el distrito de Fengtai, donde está situado el mercado de Xinfadi.
Asimismo, se seguirán haciendo pruebas a los empleados de todos los restaurantes, universidades y mercados de la capital -estos establecimientos serán asimismo desinfectados-, y hasta ayer se habían realizado 356.000 test, según las autoridades municipales.
Además, aquellas personas que hayan visitado el mercado de Xinfadi desde el pasado de 30 de mayo y aquellos que hayan mantenido contacto con quienes trabajan allí deberán someterse a dos pruebas de coronavirus, una antes y otra después de permanecer aislados durante 14 días en sus comunidades de vecinos.
El portavoz reiteró que la ciudad se encuentra en un estado "crítico" a la espera de completar las investigaciones epidemiológicas y conocer la magnitud del brote. Por ello, no podrán abandonar la ciudad personas que hayan dado positivo por COVID-19, contactos cercanos, casos asintomáticos, personas que muestren síntomas, aquellos que hayan tenido contacto con el mercado y residentes en zonas de riesgo alto y medio.
Hasta ahora, sólo el barrio de Huaxiang, donde se encuentra el mercado, se considera de zona de riesgo alto -la única ahora mismo en toda China- mientras que se han declarado 32 áreas de riesgo medio a lo largo de la ciudad. En Huaxiang, hoteles y otros establecimientos hosteleros permanecerán cerrados hasta nueva orden, agregó el portavoz.
El subdirector de Seguridad Pública municipal, Pan Xuhong, indicó en la misma rueda de prensa que "las restricciones no significan que la ciudad haya quedado sellada", y que el objetivo es "impedir que el virus se extienda por la capital o llegue a otras ciudades".
La subsecretaria general del Gobierno municipal, Chen Bei, anunció el martes que la ciudad pasaba del tercer al segundo nivel de emergencia, con lo que, entre otras medidas, las comunidades de vecinos vuelven a comprobar la identidad y el estado de salud de los residentes y a tomarles la temperatura.
Aunque el segundo nivel de emergencia no lo incluye, se han suspendido también los vuelos interprovinciales -más del 60 % de vuelos de entrada y salida fueron hoy cancelados- se han cancelado todas las clases presenciales y se aconseja a los residentes que trabajen desde casa