Los fines de semana es habitual quedarse charlando después de comer, lo que llamamos sobremesa, y esperar un buen rato para separarnos del grupo y cepillarnos los dientes. En cambio, entre semana tendemos a hacerlo inmediatamente al levantarnos de la mesa y, esto que solemos asociar a la higiene, podría estar perjudicando el esmalte de nuestro dientes. Lo mejor, según los expertos, es esperar al menos 20 minutos.
Como con todo, hay excepciones. Por ejemplo las comidas con alto contenido en hidratos de carbono y azúcares pueden dañar nuestros dientes más rápidamente porque estimulan la proliferación de bacterias, y por tanto si nos cepillamos de inmediato no lo estamos haciendo mal.
Pero para la mayoría de alimentos, lavar los dientes tan rápido puede provocar un proceso llamado desmineralización. Con la comida se multiplican los ácidos en nuestra boca, que atacan el esmalte y lo hacen más sensible, con que hacen que las bacterias se adhieran mejor. La saliva neutraliza esa acidez y hace que el esmalte vuelva a ‘endurecerse’. Por tanto, si cepillamos antes de que el pH vuelva a su cauce, estaremos favoreciendo ese ‘reblandecimiento’. Hay expertos que recomiendan esperar incluso 40 minutos.
Es importante tener esto en cuenta con casi todos los alimentos, pero sobre todo con los que de por sí son muy ácidos, como los limones, naranjas o pomelos, que debilitan más el esmalte dental y por tanto nuestra boca necesita más tiempo para 'reponerse' antes del cepillado. En cuanto a las comidas o bebidas muy azucaradas (también las ‘light’), es recomendable reducir la ingesta.