Levantar el confinamiento, pero adoptar un distanciamiento estratégico, podrían mantener la curva de coronavirus plana y conducir a un mayor cumplimiento de las recomendaciones oficiales, que la "simple" medida de distanciamiento general. Es lo que propone un informe realizado por un grupo de investigadores de la Universidad de Oxford, Londres, Reino Unido, que recomiendan crear 'burbujas sociales' y evitar contactos, especialmente de 'alto impacto', con los individuos que estén fuera de ella. Es más efectivo mantener contacto con una burbuja de gente escasa (aunque haya más contacto e incluso algún abrazo) que ampliar la burbuja de contactos. Esas burbujas minicomunidades con los seres más cercanos es una manera efectiva de contener la propagación del virus.
El estudio, publicado en la revista Nature Human Behavior, "utiliza modelos extensos para mostrar el impacto de aflojar el confinamiento durante el curso del virus". La investigación ha sido elaborada por el doctor Per Block y la profesora Melinda Mills, de Oxford, y un equipo del Centro Leverhulme, Universidad de Cambridge, en colaboración con otro grupo de investigación de Zurich.
Los resultados, según el análisis, sugieren la creación de 'burbujas sociales' y "demuestran que la tasa de infección puede mantenerse mucho más baja" al reducir estratégicamente el contacto, que mediante "un simple distanciamiento social" en la era poscoronavirus.
"Demostramos que la reducción estratégica del contacto puede aumentar considerablemente la eficiencia de las medidas de distanciamiento social, introduciendo contacto social mientras se mantienen bajos los riesgos", afirma el doctor Block, autor principal del artículo. "Los cambios simples dentro de las redes sociales de las personas y las redes dentro de las empresas o escuelas pueden alterar la tasa del virus", añade.
Limitar la interacción a unos pocos contactos repetidos es la estrategia más efectiva, según la investigación, que considera tres opciones estratégicas; aumento de la similitud de contactos temporalmente, tener contactos con aquellos que comparten características similares clave, como vivir en el mismo vecindario, cuando sea posible; reducir la interacción con personas que no están conectadas a los contactos sociales habituales, para disminuir los lazos que unen los grupos sociales; e interactuar repetidamente con los mismos contactos sociales (repetición), creando microcomunidades, comúnmente conocidas como 'burbujas sociales'.
"En lugar de políticas generales de autoaislamiento, el énfasis en contactos similares, comunitarios y repetitivos es fácil de entender e implementar, lo que hace que las medidas de distanciamiento sean más agradables durante períodos de tiempo más largos", destaca el documento.
Los autores muestran cómo las tres estrategias 'aplanan la curva' a través de una amplia variación en escenarios simulados. Según el estudio, "dado que la mayoría de las personas en un mundo posterior al cierre necesita interactuar a través de múltiples círculos sociales (por ejemplo, lugar de trabajo, familia extensa), emplear una sola estrategia podría no ser práctico". La combinación de estrategias es preferible en comparación con la adopción de estrategias para reducir el contacto. La idea realmente importante es reconocer la diferencia entre contactos de 'alto impacto' y 'bajo impacto'.
La estrategia más efectiva implica estar en un grupo pequeño y disminuir los lazos potenciales con otros grupos sociales, como conocidos ocasionales. "Se encontró que esto era altamente efectivo, en comparación con el intento de reducir el contacto al azar", asegura el texto.
Con base en los hallazgos, los autores sugieren que la reducción del contacto de alto impacto, con alguien externo a su 'burbuja', puede mitigar los impactos sociales, conductuales y económicos adversos mientras se mantienen bajos los riesgos.
Al ofrecer diferentes estrategias de distanciamiento social, el equipo también propone alternativas a las burbujas sociales en los casos en que no son factibles. "Todos los enfoques discutidos mitigan los daños físicos y psicológicos reconocidos del distanciamiento social prolongado. Y las recomendaciones para reducir el contacto estratégicamente pueden ser más agradables para las personas que el aislamiento y, por lo tanto, dar lugar a una mayor adherencia", concluyen.