Ansiedad anticipatoria por el nuevo estado de alarma: recomendaciones de una experta para minimizar el impacto psicológico
El gobierno ha decretado un nuevo estado de alarma que oficialmente se prolongará hasta el 9 de noviembre y que podría alargarse hasta mayo de 2021
Los jóvenes están experimentando ansiedad anticipatoria por su salud o el futuro laboral, y un clima de irritabilidad que da pie a numerosos conflictos
En este nuevo estado de alarma debemos evitar crear, propagar y caer en bulos o noticias falsas sobre el coronavirus
Si hay una noticia que haya arrasado en las redes sociales y en nuestros grupos de WhatsApp es la del nuevo estado de alarma. Según anunció el presidente del Gobierno Pedro Sánchez, el 9 de noviembre finalizará esta situación (que podría alargarse hasta mayo de 2021), pero mientras tanto se impondrán ciertas limitaciones en las comunidades autónomas.
La primera y más sonada, el toque de queda. Desde las once de la noche hasta las seis de la mañana, debemos permanecer en casa salvo para comprar medicamentos o bienes de primera necesidad, ir al médico o al veterinario por alguna causa urgente, trabajar, o cuidar de personas mayores, menores o dependientes.
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Otra de las medidas es la restricción a la hora de salir o entrar en otras comunidades autónomas. Como en el caso anterior, esto puede variar si hay que asistir a algún centro sanitario, por trabajo, para volver a nuestro lugar de residencia habitual, para realizar algún examen oficial, por motivos legales o administrativos o si es necesario cuidar de alguien mayor, menor o dependiente.
La última restricción prohíbe la permanencia de más de seis personas juntas, independientemente de si es de día, de noche, en un lugar privado o en la vía pública. Esto significa que tampoco están permitidas las celebraciones de culto como comuniones o bodas multitudinarias.
Unas Navidades inciertas
Lo primero que hemos pensado todos al leer de nuevo las palabras ‘estado de alarma’ ha sido en la ansiedad que experimentamos durante el confinamiento. Afortunadamente, la situación no es tan grave y de momento no será necesario llegar a esos extremos.
Tras tranquilizarnos, una segunda preocupación nos ha asaltado: ¿Qué pasa con las Navidades? Por un lado, no se pueden realizar reuniones de más de seis personas y, por otro, las comunidades autónomas podrían limitar también la entrada y salida de gente en esas fechas. Esto limita mucho las fiestas navideñas de 2020 y ha preocupado bastante a quienes tienen abuelos o padres que viven solos y en otro lugar de residencia. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en España hay 4,7 millones de personas que viven solas. De ellas, la mitad tienen más de 65 años y 850 mil son mayores de 80.
Entramos en un debate para el que no hay solución fácil ya que, por un lado, pueden ser personas de riesgo cuya salud física debemos proteger. Sin embargo, la soledad en fechas como la Navidad también puede propiciar la aparición de ansiedad y tristeza.
Las consecuencias psicológicas del nuevo estado de alarma
Además de la preocupación por nuestros mayores, los jóvenes estamos experimentando una oleada de reacciones psicológicas ante la noticia del nuevo estado de alarma:
- Miedo por nuestro futuro laboral. En mayo, 133 mil empresas se dieron de baja a raíz del coronavirus. Tras este nuevo estado de alarma, muchos bares y restaurantes han decidido cerrar también sus puertas. Detrás de esta noticia se encuentran camareros, a menudo con edades comprendidas entre 18 y 30 años, que temen por su estabilidad económica.
- Falta de asistencia psicológica en la Sanidad Pública. Los hospitales vuelven a estar saturados, abriendo nuevas plantas para poder atender a los centenares de contagios que se registran cada día. En consecuencia, los motivos de consulta que no son urgentes, se posponen. Una de las áreas que más está sufriendo por el engrosamiento de las listas de espera y la falta de profesionales es la de Salud Mental.
- Irritabilidad. El nuevo estado de alarma ha provocado un clima de enfado. Por un lado, los mayores culpan a los jóvenes por el incremento de contagios. Los jóvenes se quejan de esta generalización, centrando la responsabilidad en quienes han celebrado fiestas, asistido a macrobotellones e ignorado las medidas de seguridad. La tensión es palpable, aumentando las discusiones en redes sociales, en los grupos de WhatsApp y en la vida real.
Todo esto se resume en un problema psicológico muy común en 2020: ansiedad anticipatoria. La falsa sensación de invulnerabilidad que experimentamos en verano ha desaparecido. Muchos son conscientes de que aunque las medidas sanitarias han cambiado durante todo el año, el virus siempre ha sido el mismo, y nuevamente reconocen su peligro. Esto se traduce en miedo, incertidumbre, rumiaciones, tristeza y síntomas somáticos, sobre todo al desconocer las posibles complicaciones y secuelas de la enfermedad.
¿Cómo gestionar la ansiedad anticipatoria?
Si bien estamos viviendo una situación excepcional, tenemos un poco de experiencia a la hora de lidiar con la incertidumbre del coronavirus. Desde marzo hasta junio vivimos confinados, así que podemos aprender de los errores cometidos durante esos meses y aplicarlos en el presente.
- Limita la exposición a información. Evita mirar cada hora el móvil en busca de nueva información. Como mucho, busca noticias una vez al día y solo de fuentes oficiales.
- No juzgues las preocupaciones de los demás. A lo mejor a ti te parece una actitud infantil que tu amigo esté preocupado por no ver a sus padres en Navidad, pero evita hacer comentarios despectivos. No conoces sus circunstancias.
- Silencia y bloquea. Si tienes un amigo que todos los fines de semana sube 'stories' saltándose las normas mientras tú estás muerto del asco en casa, silénciale. Puedes escoger la vía diplomática y hacerle ver su imprudencia, pero si hace caso omiso lo mejor que puedes hacer es ignorarle para no envenenarte tú.
- Sé realista. Ahora mismo el estado de alarma está previsto hasta el 9 de noviembre, pero lo más probable es que se prolongue hasta 2021. Debemos aceptar esta noticia y evitar hacernos ilusiones o planes a largo plazo.
- No desinformes. Es normal tener miedo, y cuando estamos asustados es muy fácil caer en bulos. Si lees un tuit o un mensaje de WhatsApp que parece alarmista y poco fiable, contrástalo. Y por favor, no mientas ni exageres deliberadamente la información para dejar mal a un partido político contrario al tuyo.
- Respeta tus rutinas. Tal y como recomendábamos los expertos en el anterior estado de alarma, las rutinas son muy importantes. Duerme entre 7 y 9 horas, no realices dietas hipocalóricas ni te pegues atracones, da un paseo de entre 30 y 60 minutos diario, no descuides tu vida social y presta la misma atención a tu salud mental que a tu salud física.