Cuando bajan las temperaturas los abrigos son fundamentales para protegernos del frío, pero también es necesario cuidarse por dentro. Una buena alimentación es la mejor medicina para combatir las bajas temperaturas y prevenir los posibles resfriados en la temporada más invernal.
Una dieta rica en nutrientes nos ayuda a estar cómodos y a gusto durante el frío, y además aumenta nuestras defensas. Durante el invierno, nuestro cuerpo, debido al frío, requiere de un esfuerzo extra. Al bajar las temperaturas, nuestro cuerpo se ve afectado y necesitamos mantener la temperatura corporal entre 36,5 y 37 grados. Eso no solo es posible con prendas abrigadas sino también a través de alimentos que generan más calor. Estos son algunos de ellos:
Los caldos, cremas y guisos son habituales durante la temporada de invierno. Son reconfortantes y ayudan a aumentar la temperatura rápidamente. Además, son muy fáciles de hacer y algunos tienen propiedades anticatarrales. Una de las recetas que más solemos utilizar para prevenir los resfriados son los caldos de pollo y verduras, ya que gracias a sus nutrientes ayudan a mantener nuestras defensas mucho más fuertes contra los virus propios del invierno.
El chocolate negro es uno de los alimentos más ricos en nutrientes. Contiene un gran aporte de energía y estimula el riego sanguíneo beneficiando al corazón y también al sistema nervioso. Comer un pequeño trozo de chocolate negro puro aumenta el metabolismo y el sistema inmunológico en invierno. Además, ayuda a evitar los síntomas del resfriado. También ayuda a evitar las ganas de dulce durante el resto del día.
Los frutos secos tienen un alto contenido calórico. Esto para el frío es ideal ya que ayudan a producir más calor en nuestro cuerpo. Para integrar los frutos secos en tu rutina simplemente añade un puñado de almendras o nueces en tus ensaladas o a media tarde a modo de snack. También los yogures, smoothies o bizcochos son una de las mejores opciones para incorporar de forma sencilla los frutos secos en invierno.
Estas semillas rojas nos ayudarán en invierno a mantener nuestro cuerpo más saludable. Las bayas de goji tienen propiedades antioxidantes que afectan sobre nuestro estado de ánimo y energía. Incluso estas bayas nos ayudan a combatir contra los radicales libres y combatir la inflamación intestinal. Se pueden incorporar a la dieta a través de cremas, panes, mermeladas e incluso arroces.
Las legumbres tienen un alto contenido en hidratos y proteínas, lo que ayuda a nuestro cuerpo a mantenernos con mucha más energía y prevenir resfriados. Podemos incorporar las legumbres a nuestra dieta en invierno a través de guisos y sopas. Las legumbres además de darnos un buen chute de energía, nos ayudan a regular el colesterol y a favorecer el funcionamiento de nuestro tránsito intestinal, debido a la gran cantidad de fibra que tienen.
Es otra de las especias imprescindibles en invierno. Lo bueno de la canela es que se adapta muy bien a muchos platos y bebidas calientes, por lo que podrás añadirlo en tu dieta con mucha facilidad. Además, su aroma te conquistará al instante. La canela en invierno ayuda a controlar los dolores musculares como los producidos por la menstruación, así como los intestinales. También la canela es una de las especias que más ayudan a prevenir resfriados y complicaciones respiratorias. Un truco para tomar siempre canela es sustituirla por ejemplo por el azúcar en el café. Te ayudará a endulzar el café, sin usar azúcar, y al mismo tiempo protegerá tu cuerpo ante el frío.
La cúrcuma ha pasado de ser un condimento esencial en platos como pollos o arroces, a pasar directamente a endulzar nuestros cafés o tés. El cúrcuma latte es una de las mejores opciones para poder tomar esta especia llena de propiedades durante el invierno. Debido a su alta cantidad de propiedades antioxidantes, la cúrcuma es un agente anticancerígeno. Además, tiene entre cinco u ocho veces más vitamina C y E que las naranjas.
Uno de los alimentos perfectos para prevenir el catarro es la manzanilla. Además de sus propiedades antiinflamatorias para aliviar los problemas estomacales, ayudan a prevenir los síntomas del resfriado. Lo mismo ocurre con el jengibre, que también es un antiinflamatorio. El jengibre ayuda a tratar infecciones e inflamaciones de garganta como afonías, aunque con fiebre se desaconseja usar. Además de infusiones se puede añadir en la comida.
El coco es uno de los alimentos que poco a poco hemos ido introduciendo en nuestra cocina e incluso en nuestra piel. En la alimentación, el coco lo podemos encontrar como aceites o leches para cocinar. En concreto, el aceite de coco favorece el sistema inmunitario y ayuda al proceso de digestión. El aceite de coco protege mucho el organismo de bacterias, virus y hongos.
Es muy importante su consumo en invierno, ya que durante esta época del año solemos perder mucha vitamina D. Los pescados azules son los que más te ayudan a conseguir vitaminas extra. El salmón o el atún son las mejores opciones para conseguir un mayor aporte de proteína durante el invierno. Además, al ser pescados ligeros, son una de las mejores alternativas para comer por la noche por su fácil digestión.
Estos vegetales ayudan a reforzar nuestro sistema inmunológico. Son muy fáciles de añadir a prácticamente todas las recetas, desde guisos hasta carnes o pescados. El ajo contiene antioxidantes que se comportan de tal forma que ayudan a prevenir los resfriados. Igual que la cebolla, que además es una gran fuente de vitaminas.
La maca es un superalimento que ayuda a mantenernos fuertes durante el invierno debido a su alto contenido en hierro. Este tubérculo de origen andino contiene multitud de propiedades entre ellos hierro, cobre, magnesio, fósforo y muchos más minerales y aminoácidos. Al tener un toque ácido lo mejor es consumirlo en yogures o batidos. También hay preparados mezclados ya de maca y cacao que tienen un sabor mucho más agradable. Este superalimento también está recomendado para tratar la depresión postparto y para las personas con muy poca energía.