El frío, sobre todo cuando es extremo, cuando se prolonga en el tiempo o cuando va acompañado de humedad y viento, puede traer de la mano toda una serie de problemas para nuestra salud. Por eso es más frecuente contraer enfermedades respiratorias durante el invierno, así como experimentar sequedad en la piel y agrietamiento, dolor de articulaciones, alguna que otra contractura muscular, ataques de asma... Otra posibilidad, aunque rara, es que surja la alergia al frío. ¿Como identificarla y qué tratamiento existe? ¿Cuáles son sus síntomas?
La alergia al frío es una dolencia muy poco común. También se la conoce como urticaria por frío, y entre sus síntomas se encuentra el enrojecimiento, el picor y a veces también hinchazón en la piel. Estos síntomas suelen aparecer cuando exponemos la piel a temperaturas muy bajas, o también a agua muy fría o a un viento helado. Niños y jóvenes son más susceptibles de sufrir esta alergia.
Existen también síntomas extremos que son menos frecuentes: por ejemplo, la anafilaxia, que puede desembocar en aceleración del pulso, hinchazón en las extremidades o el torso, desmayo o choque. También puede aparecer hinchazón de la lengua y la garganta, lo que puede dificultar la respiración, tal y como explican desde Mayo Clinic.
Además, lógicamente, la alergia al frío suele afectar más a las zonas más expuestas de nuestro cuerpo, especialmente la cara (cuya piel es más sensible) y a las manos. Sin embargo, estos síntomas pueden llegar a extenderse al resto del cuerpo.
La prevención es básica en estos casos, tal y como explican desde Acofarma. Evitar las temperaturas bajas es la mejor receta, pero poco podemos hacer si vivimos en un lugar frío o si debemos pasar cierto tiempo en él. Lo mejor que podemos hacer es abrigarnos apropiadamente, proteger nuestras manos e hidratarnos cada día para proteger nuestra piel al máximo. También evitar los alimentos fríos, mantener una temperatura agradable en casa y evitar los cambios bruscos de temperatura.
En cuanto a cómo identificar la alergia al frío, sus primeros síntomas (que se conocen como urticaria primaria) son pequeños picores y reacciones localizadas. No se trata de un simple daño causado por la exposición al frío, sino de una reacción desproporcionada de nuestro organismo ante las bajas temperaturas como elemento extraño. Así, estos síntomas tratarían de defender nuestra piel ante este invasor.
El tratamiento contra la urticaria de frío suele consistir en antihistamínicos, que no 'curan' la alergia pero ayudan a reducir los síntomas y la reacción. También pueden recetarse corticoides o adrenalina para evitar los ataques de alergia más severos. En cualquier caso, siempre será mejor prevenir que curar.
Si presentas síntomas de este tipo, lo mejor es acudir a un especialista. También puedes realizar el llamado 'test del cubito de hielo' para comprobar cómo reacciona tu cuerpo al frío: basta con colocar un cubo de hielo envuelto en plástico o en cualquier material sobre tu antebrazo y esperar 10 minutos para observar después cómo ha reaccionado tu piel. Con todo, a veces este problema desaparece solo al cabo de unos años.