"Hemos fracasado. Las nuevas generaciones no están preparadas para la vida". Así de contundente se ha expresado la psicóloga María Jesús Álava Reyes sobre la educación que estamos dando a nuestros hijos, sobreprotegidos y bombardeados por la tecnología, en "un estado de insatisfacción permanente, que se hunden ante cualquier complicación, incapaces de afrontar las frustraciones y la decepción".
La profesora de la UCM y experta en psicoterapia refleja este panorama en su último libro 'Que nadie manipule tus emociones' (La Esfera de los Libros) en el que señala a los padres, que en una vida de prisas y de falta de tiempo compensan esas carencias con exageradas atenciones, para al final "les estamos convirtiendo en tiranos, en adolescentes manipuladores, y en jóvenes desesperanzados"
"Muchos padres intentan compensar esas carencias y falta de disponibilidad con la sobreprotección con los hijos, por eso desde pequeños, lamenta esta experta en una entrevista con Europa Press Infosalus.
En consecuencia, dice que los jóvenes no tienen recursos ante las primeras dificultades o contrariedades de la vida, se hunden: "Nunca hemos tenido tantos jóvenes y adolescentes y en tan malas condiciones, con autolesiones que les quitan la tensión interna, y totalmente desesperanzados ante las primeras dificultades en la adolescencia, como que tienen un grupo de amigos que le han echado, o el amigo más importante les ha fallado, o cuando el primer amor ha sido un fracaso".
Considera, por tanto, que "la sobreprotección ha sustituido al esfuerzo", y que a los jóvenes se les está privado de que aprendan a afrontar las dificultades, el que desarrollen sus recursos emocionales, o que disfruten superando obstáculos y que con ello puedan ganarse la confianza, la seguridad, y la autoestima que necesitarán en su vida, en su día a día.
En opinión de Álava Reyes este comportamiento hacia ellos les impide alcanzar estabilidad y las habilidades emocionales que les ayuden a vivir con ilusión y con esperanza, y que les permitan profundizar en su conocimiento, y que sus experiencias se conviertan en aprendizajes.
De esta manera, incide en que a los jóvenes les hemos dejado sin esas habilidades o recursos, según esta conocida especialista. "Si ante las primeras dificultades les hemos dejado huérfanos emocionalmente el panorama es preocupante, es una de las cosas que como psicóloga más me preocupa", afirma.
Ante los primeros signos de dificultad, ante algo que comentan, en lugar de analizar la situación y ver qué pasa con ese amigo, y pensar cómo se siente el amigo y cómo cree que debería actuar, los adultos pensamos en solucionarles directamente el problema, sostiene. "Nunca hemos tenido tantos padres que han ido al colegio a solucionar el problema con el profesor, en lugar de darles a nuestros hijos las herramientas para que los solucionen ellos mismos", asevera esta especialista.
La psicóloga ha advertido el riesgo de darle todo a los jóvenes lo que quieran cuando están tristes. "Les damos todo sin necesidad de esforzarse, pero también están metidos en un universo donde la influencia de las nuevas tecnologías es tremenda y no tienen recursos para gestionarlo", advierte.
Aquí destaca que una de las cosas que más le dicen los padres es que de lo que más se arrepienten es del día en el que le compraron el móvil a su hijo. "A través de los portátiles, de las tabletas, o de los móviles les entra tanta información, y para la que no están preparados, que esto les hace ser más frágiles y vulnerables. No hemos sido capaces de reaccionar frente a la gravedad que conlleva el tema, y por ejemplo hay niños de 9 años en nuestro país que ven porno, o son receptores de mensajes del mundo consumista", indica.
Esto lleva a que "no valoren nada" y refuerza una idea equivocada de que no hay que esforzarse por nada, incluido a nivel escolar. "Por eso también en España se da el mayor índice de Europa en fracaso escolar; también son una generación a la que les cuesta motivarse e ilusionarse, y son edades que tendrían que estar contentos y llenos de energía y no lo están", ha explicado Álava Reyes.
La psicóloga avisa que los padres, y la sociedad en general, "siempre estamos a tiempo de actuar" y lo que habría que hacer, según defiende, y sea cual sea su edad, es fomentar educación emocional, el enseñarles, por ejemplo, a analizar las cosas, a ser críticos desde el principio, a cuestionar las cosas que les dicen, a ver las diferentes opciones, y a fomentar ese pensamiento crítico y de reflexión permanente.
"Los que damos clase a las nuevas generaciones y empiezas a hacerles planteamientos les cuesta reflexionar sobre algo. Les hemos dejado que sean sujetos pasivos a los que les llega información por múltiples fuentes que la acogen con pinzas y después en ningún momento la cuestionan, y por eso son tan manipulables. Los jóvenes nunca han estado tan indefensos, y la educación emocional, el enseñarles a pensar, a reflexionar, a cuestionar, y a que sean críticos con todo lo que les llega, esto en función de su edad, es una de las primeras cosas a hacer", defiende Álava.
Álava Reyes, también aconseja estimular el sentido común y la alegría ante la vida, que vuelvan a dar valor a las cosas que la tienen, y que las consigan por su esfuerzo: "Cuando consiguen las cosas por ellos mismo se sienten bien y ante el resto de personas hay que estar muy atentos. Hay que intentar con cualquier situación el que empiecen a pensar por ellos mismos. No hay que darles las cosas masticadas, porque si no no tendrán defensas ni recursos".
Otro de los consejos de la especialista es que debemos valorar lo que hacen los jóvenes, de acuerdo con su potencial, y no podemos tratar a todos por igual. "Cada persona es única y por tanto hay que hacer un traje a medida. Cuanta más confianza les des en ellos mismos, haciendo que valoren lo más genuino, cogerán más confianza y dejarán de ser tan manipulables", concluye esta especialista.
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