Examen ocular: la clave para predecir el riesgo de un accidente cerebrovascular
Un estudio de la Universidad Politécnica de Hong Kong ha revelado que un simple examen ocular puede predecir el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular
La clave está en una 'huella dactilar' vascular en la retina, la capa sensible a la luz en la parte posterior del ojo, que puede identificar esta amenaza
Se midieron 30 indicadores en cinco categorías de la arquitectura vascular de la retina en imágenes de fondo de ojo de 68.753 participantes
Un estudio de la Universidad Politécnica de Hong Kong ha revelado que un simple examen ocular puede predecir el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular con la misma precisión que los tradicionales factores de riesgo, pero sin la necesidad de pruebas de laboratorio invasivas. La clave está en una 'huella dactilar' vascular en la retina, la capa sensible a la luz en la parte posterior del ojo, que puede identificar esta amenaza par la salud con gran precisión. Los resultados de la investigación han sido publicados en la revista 'Heart'.
La 'huella digital', que incluye 29 indicadores de salud vascular, representa un enfoque práctico y fácil de implementar, especialmente adecuado para la atención primaria de salud y entornos con pocos recursos, según concluyen los investigadores. Se ha demostrado que la compleja red vascular de la retina comparte características anatómicas y fisiológicas con la cerebral, lo que la convierte en un candidato ideal para evaluar el daño provocado por enfermedades sistémicas, como la diabetes.
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Los autores señalan que el potencial de la 'huella digital' para predecir el riesgo de accidente cerebrovascular no ha sido totalmente explorado, debido a los resultados variables de los estudios y al uso inconsistente de la técnica de imágenes especializada para la parte posterior del ojo.
Factores de riesgo
Sin embargo, el aprendizaje automático (IA), como el Sistema de Evaluación de la Salud Microvascular basado en la Retina (RMHAS), ha ampliado las posibilidades para identificar marcadores biológicos que pueden predecir con precisión el riesgo de accidente cerebrovascular, sin necesidad de realizar pruebas de laboratorio invasivas, afirman los investigadores.
Para profundizar en esta investigación, se midieron 30 indicadores en cinco categorías de la arquitectura vascular de la retina en imágenes de fondo de ojo de 68.753 participantes del Biobanco del Reino Unido. Las cinco categorías incluyeron calibre, densidad, torsión, ángulo de ramificación y complejidad de las venas y arterias. En su análisis, los investigadores también consideraron factores de riesgo potencialmente influyentes, como variables demográficas y socioeconómicas, el estilo de vida y parámetros de salud como la presión arterial, el colesterol, la HbA1c (indicador de glucosa en sangre) y el índice de masa corporal (IMC).
El análisis final abarcó a 45.161 participantes, con una edad media de 55 años. Durante un seguimiento promedio de 12,5 años, 749 de ellos sufrieron un ictus. Estas personas tendían a ser significativamente mayores, de sexo masculino, fumadores habituales y diabéticos. Además, presentaban un mayor peso, presión arterial más alta y niveles más bajos de colesterol "bueno", todos ellos factores de riesgo conocidos para el accidente cerebrovascular.
En total, se analizaron 118 indicadores vasculares medibles de la retina, de los cuales 29 mostraron una asociación significativa con el riesgo de sufrir un primer accidente cerebrovascular, después de ajustar por los factores de riesgo tradicionales. Más de la mitad (17) correspondían a indicadores de densidad, ocho pertenecían a la categoría de complejidad, tres eran indicadores de calibre y uno se ubicaba en la categoría de torsión.
Predecir el riesgo futuro
Cada variación en los indicadores de densidad se vinculó a un aumento del riesgo de accidente cerebrovascular del 10 al 19%, mientras que cambios similares en los indicadores de calibre se asociaron con un incremento del riesgo del 10 al 14%. Por otro lado, cada reducción en los indicadores de complejidad y torsión estuvo relacionada con un aumento del riesgo del 10,5 al 19,5%.
Cada reducción en los indicadores de complejidad y torsión estuvo relacionada con un aumento del riesgo del 10,5 al 19,5%.
Los resultados indicaron que esta 'huella vascular' de la retina, incluso al combinarla únicamente con la edad y el sexo, fue tan eficaz como el uso exclusivo de los factores de riesgo tradicionales para predecir el riesgo futuro de accidente cerebrovascular.
Este es un estudio observacional, por lo que no es posible sacar conclusiones definitivas sobre la relación causa-efecto. Además, los investigadores reconocen que los resultados podrían no ser aplicables a diversas etnias, dado que la mayoría de los participantes del Biobanco del Reino Unido son de origen blanco. Tampoco se pudo evaluar el riesgo relacionado con los diferentes tipos de accidente cerebrovascular.
Sin embargo, los investigadores concluyen que "dado que la edad y el sexo están fácilmente disponible, y los parámetros de la retina se pueden obtener mediante fotografía de rutina del fondo ojo, este modelo presenta un enfoque práctica y de fácil implementación para la evaluación del riesgo de accidente cerebrovascular, en particular para la atención primaria de salud y los entornos de bajos recursos".
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