Ejercicio y cáncer: un estudio revela el tiempo de ejercicio que se necesita para reducir el riesgo de progresión
La actividad física regular antes de un diagnóstico de cáncer puede disminuir los riesgos tanto de la progresión de la enfermedad como de la mortalidad
Los resultados sugieren que incluso niveles relativamente bajos de actividad física pueden ser beneficiosos
En este estudio, abarcó el periodo comprendido entre 2007 y 2022, 28.248 miembros del programa Vitality con cánceres en estadio 1
Según una nueva investigación de la Universidad del Witwatersrand (Sudáfrica) publicada en el British Journal of Sports Medicine, la actividad física regular antes de un diagnóstico de cáncer puede disminuir los riesgos tanto de la progresión de la enfermedad como de la mortalidad.
Los resultados sugieren que incluso niveles relativamente bajos de actividad física pueden ser beneficiosos. "Existen pruebas convincentes de que la actividad física desempeña un papel clave en la reducción del riesgo de muerte por cáncer, pero las pruebas no son tan concluyentes en cuanto a su papel en la progresión de la enfermedad", aseguran los investigadores.
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2,8 millones de beneficiarios
Para detallar más en este estudio, analizaron datos anónimos del Discovery Health Medical Scheme (DHMS), vinculado al programa de promoción de la salud Vitality. El DHMS es el mayor plan médico abierto de Sudáfrica, con unos 2,8 millones de beneficiarios.
En este estudio, abarcó el periodo comprendido entre 2007 y 2022, 28.248 miembros del programa Vitality con cánceres en estadio 1 y datos completos de actividad física del año anterior del diagnóstico.
Con ello, los niveles de actividad física en el año anterior al diagnóstico se clasificaron como no registrados (17.457, 62% de los participantes); bajos, equivalentes a 60 o menos minutos semanales (3.722, 13%); y de moderados a altos, equivalentes a 60 o más minutos semanales de actividad física de intensidad moderada (7.069, 25%).
Al considerar factores como la edad al momento del diagnóstico, el sexo, el nivel socioeconómico y las enfermedades coexistentes, se observó que las tasas de progresión del cáncer y de muerte por cualquier causa fueron menores entre aquellos que realizaron actividad física en el año previo al diagnóstico.
Las probabilidades de progresión de la enfermedad fueron un 16% menores en aquellos que realizaron niveles bajos de actividad física
Las probabilidades de progresión de la enfermedad fueron un 16% menores en aquellos que realizaron niveles bajos de actividad física el año anterior en comparación con los que no realizaron ninguna, mientras que entre quienes practicaron actividad física de moderada a alta intensidad, las probabilidades disminuyeron un 27%.
Asimismo, las probabilidades de muerte por cualquier causa fueron un 33% menores en aquellos que realizaron niveles bajos de actividad física en comparación con los que no realizaron ninguna, y un 47% menores entre quienes alcanzaron niveles moderados a altos de actividad física.
Después del diagnóstico
Dos años después del diagnóstico, la probabilidad de que la enfermedad no progresara era del 74% entre aquellos que no realizaron actividad física el año anterior, en comparación con el 78% y el 80% de quienes habían alcanzado niveles bajos y moderados a altos de actividad física, respectivamente.
Aunque la progresión de la enfermedad aumentaba con el tiempo, seguía siendo menor entre aquellos que habían realizado algún nivel de actividad física en el año previo al diagnóstico.
A los tres años, la probabilidad de que la enfermedad no progresara era del 71% para quienes no realizaron actividad física, del 75% para quienes tuvieron niveles bajos y del 78% para quienes practicaron actividad moderada a alta. A los cinco años, las probabilidades fueron del 66%, 70% y 73%, respectivamente.
La probabilidad de supervivencia para quienes no realizaron actividad física en el año previo al diagnóstico era del 91%
Se registraron patrones similares en relación con la muerte por cualquier causa. Dos años después del diagnóstico, la probabilidad de supervivencia para quienes no realizaron actividad física en el año previo al diagnóstico era del 91%, mientras que para los que practicaron niveles bajos y moderados a altos, las probabilidades ascendían al 94% y 95%, respectivamente.
Las probabilidades de supervivencia a los 3 años del diagnóstico fueron del 88%, 92% y 94%, respectivamente, y a los 5 años, del 84%, 90% y 91%, respectivamente.
La inmunidad
Este es un estudio observacional, por lo que no puede establecer una relación de causa y efecto. Los investigadores también reconocen que no pudieron considerar otros factores potencialmente influyentes, como el tabaquismo y el consumo de alcohol, y que los datos sobre el peso (IMC) estaban incompletos.
No obstante, los investigadores sugieren que existen varias explicaciones biológicas plausibles para los resultados, siendo la principal el impacto de la actividad física en el refuerzo del sistema inmunológico, ya que aumenta el número de células asesinas naturales, linfocitos, neutrófilos y eosinófilos.
Asimismo, la actividad física también puede reducir el riesgo de progresión de cánceres sensibles a las hormonas, como el de mama y el de próstata. "Se puede considerar que la actividad física confiere beneficios sustanciales en términos de progresión y mortalidad global a las personas diagnosticadas de cáncer", aseguran los investigadores.
"En un mundo en el que el cáncer sigue siendo una importante carga para la salud pública, el fomento de la actividad física puede reportar importantes beneficios en lo que respecta a la progresión del cáncer, así como a su prevención y tratamiento", concluye.
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