La técnica de electrodos en el cerebro que está salvando a personas con anorexia al borde de la muerte

Desde hace unos años el Hospital del Mar (Barcelona) realiza una técnica experimental de neuromodulación que puede salvar la vida de las personas con anorexia nerviosa grave. La intervención se realiza utilizando tecnología robótica e insertando unos electrodos en zonas del cerebro profundas relacionadas con el estado de ánimo, la ansiedad y la motivación. Hasta ahora se han beneficiado de ella nueve personas en España, ya que solo se aplica en casos muy graves a los que no les queda otra alternativa terapéutica.

"Se colocan electrodos en cada hemisferio cerebral, dirigidos a zonas específicas del cerebro que se han identificado como clave en la anorexia nerviosa (cíngulo subgeniculado). Los electrodos se insertan con precisión en estos puntos y se conectan mediante un cable que pasa bajo la piel, desde el cráneo hasta la clavícula, donde se implanta una pila (generador de estímulos). Este dispositivo envía impulsos eléctricos a la región cerebral seleccionada, modulando los circuitos que, al igual que en trastornos como la depresión o la psicosis, funcionan mal", explica Gloria Villalba, neurocirujana del Hospital del Mar, con motivo de Día Internacional de Lucha contra los Trastornos Alimentarios, que se celebra mañana.

La estimulación cerebral profunda (conocida por sus siglas en inglés como DBS) es habitual en neurocirugía para pacientes con la enfermedad de Parkinson, temblor o distonía, que no responden a otros fármacos; y de manera compasiva para personas con depresión, trastorno obsesivo-compulsivo o esquizofrenia. "Dentro de los trastornos de conducta alimentaria, el único en el que se está aplicando esta cirugía es en la anorexia nerviosa grave", aclara Villalba.

Del total de pacientes intervenidos, ocho han sido mediante un ensayo clínico realizado entre 2018-2019 y uno mediante uso compasivo en 2022. "Queríamos probar dos dianas del cerebro diferente, una más relacionada con el estado de ánimo del paciente y la otra con las obsesiones", cuenta. Tuvieron mejores resultados con la primera opción.

Mejoría en el estado de ánimo y aumento de peso

"Los pacientes pensaron que los electrodos le iban a curar su enfermedad, pero no. Ellos siguen pensando de la misma manera: cuentan calorías y no quieren engordar. Pero, ¿qué es lo que sí hacían los electrodos? Mejorar su ánimo: estaban más tranquilos y cedían a comer más. El objetivo es que suban de peso para que no mueran", afirma la neurocirujana. Por lo tanto, "para un paciente que está a punto de morirse, que son los únicos que incluimos, engordar 4 o 5 kg es lo que les hace que el corazón siga adelante", expone Villalba. 

Actualmente, no es un tratamiento aprobado "porque todavía quedan muchas preguntas, y dudas sin resolver. Y se ofrece como uso compasivo a cualquier paciente del territorio nacional". Hasta ahora, de este modo, "solo se lo hemos realizado a una paciente gallega que pesaba 28kg y apenas podía caminar. Tuvo éxito". A lo que añade: "Si llega un paciente que cumpla con las pautas se le realizará".

Únicamente para pacientes muy graves

"Los criterios de selección son muy estrictos y hemos rechazado a muchos pacientes por el camino", ya que "con esta técnica lo que se puede aumentar son los 5 o 6kg, y para quien no esté muy grave no supone mejoría. Además, hay que tener en cuenta las complicaciones que pueden aparecer tras la intervención y su coste. Por lo que solo podemos ofrecerla a quien, si no se la hace, se va a morir y le vale la pena probarlo".

Preguntas sin resolver

En el caso de los 9 pacientes que han intervenido, todos han mejorado el estado de ánimo y subido de peso, que es lo que les hace sobrevivir. "En China es donde más pacientes se han tratado con esta técnica y los resultados han sido positivos. Sin embargo, se la han realizado a pacientes que tenían la enfermedad en un estado muy inicial, no crónico y grave, por lo que no sabemos como sería la evolución de la enfermedad sin la cirugía", detalla la neurocirujana.

Igualmente les ha funcionado en Canadá, "pero eran personas que aceptaban subir 10kg de peso para llegar en buenas condiciones a la cirugía. Y eso son muy buenos pacientes", recalca. En el caso de Europa se ha hecho un estudio similar al de España en Inglaterra "con resultados algo peores".

¿Cuánto dura la eficacia? "De los ocho pacientes a los que se le realizaron algunos han perdido su efecto, y en otros no. Al tratarse de una técnica experimental, quedan muchas dudas sin resolver a futuro. Y pienso que nunca va a conseguir una aprobación por los múltiples requisitos que se deben tener para realizarla. Pero sí es una opción como uso compasivo. Si tuviera un familiar que está muriéndose por una anorexia nerviosa se la realizaría sin duda. Esa pequeña mejoría es lo suficiente para no morir", concluye Villalba.

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