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La posibilidad de que podamos utilizar un fármaco para curar la enfermedad del Alzheimer está cada vez más cerca. Así lo demuesta el ensayo que está realizando la compañía estadounidense Coya Therapeutics, encontrándose en "fase intermedia" y dando resultados "positivos".
En el último informe publicado sobre su ensayo, Coya Therapeutics confirmaban que su fármaco experimental contra el Alzheimer era "seguro" y "aumentaba los niveles de un tipo de células inmunes", las cuales ayudan a prevenir la neuroinflamación en los pacientes que padecen esta enfermedad y que participaron en el ensayo.
La investigación para encontrar el fármaco que acabe con el Alzheimer se encuentra en fase 2. Un ensayo en el que participaron 38 pacientes de Alzheimer, entre 50 y 86 años y asignados de forma aleatoria. A todos ellos se les administró unas dosis bajas subcutáneas, cada dos o cuatro semanas, del medicamento interleucina-2 y, por el momento, los resultados son positivos
En cuanto a los resultados, Coya Therapeutics considera que este estudio está cumpliendo "con éxito" los objetivos del ensayo, demostrando que el "tratamiento con interleucina-2 en dosis bajas es seguro y bien tolerado en pacientes con enfermedad de Alzheimer".
El tratamiento con el fármaco IL-2 tiene como objetivo mejorar la función de las células T reguladoras, que suprimen las respuestas inmunes. Un elemento clave para acabar con esta enfermedad porque "los cambios en los niveles de la células T reguladoras rea realizan para evaluar el impacto del fármaco en la afección que altera la memoria".
El laboratorio de Coya Therapeutics es bastante claro y específico a la hora de detallar los resultados este ensayo en "fase intermedia". En cuanto a la función cognitiva, señala que "en el día 148 se mostró una leve mejoría en los pacientes que recibieron una dosis baja de IL-2 cada cuatro semanas".
Por otro lado, el informe también refleja que a los 148 días "se observó una estabilización de las puntuaciones ADCS-CGIC (Escala de evaluación de la enfermedad de Alzheimer, subescala cognitiva) en los grupos que recibieron dosis de IL-2 cada dos y cuatro semanas.
Por último, en cuanto al efecto cognitivo de esta dosis, el laboratorio refleja que se han encontrado "mejoras significativas en la patología del Alzheimer en el LCR y la estabilización de los marcadores inflamatorios del LCR", siendo estos últimos los que muestran las alteraciones en la memoria de las personas.
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