El consumo de aspirina para prevenir el cáncer colorrectal lleva tiempo en entredicho. Si bien es cierto que algunos aconsejan su uso y ha sido una práctica habitual recomendada por los médicos para prevenir estas dolencias; otros lo desaconsejan por los efectos secundarios.
Ahora, un nuevo estudio, dirigido por investigadores del Mass General Brigham (Estados Unidos) y publicado en 'JAMA Oncology', indica que el consumo habitual de aspirina puede ayudar a reducir el riesgo de cáncer colorrectal en personas con mayores factores de riesgo relacionados por un peor estilo de vida para la enfermedad, según un estudio dirigido por investigadores del Mass General Brigham (Estados Unidos) y publicado en 'JAMA Oncology'.
"Buscamos identificar a las personas que tienen más probabilidades de beneficiarse de la aspirina para facilitar estrategias de prevención más personalizadas", explica el coautor y director de Epidemiología del Mass General Cancer Center y director de Gastroenterología del Center for Young Adult Colorrectal Cancer del Massachusetts General Hospital (MGH), Andrew Chan.
Anteriormente, el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de Estados Unidos recomendaba tomar aspirina en dosis bajas a diario para prevenir eventos cardiovasculares y cáncer colorrectal en el grupo de edad con mayor riesgo de cáncer colorrectal, es decir, todos los adultos de 50 a 59 años. Sin embargo, en 2016, retiraron la recomendación en parte por el riesgo de sangrado gastrointestinal, como efecto secundario.
Para el estudio, los investigadores analizaron los datos de salud de 107.655 participantes del Estudio de Salud de Enfermeras y del Estudio de Seguimiento de Profesionales de la Salud. Buscaron las tasas de cáncer colorrectal en aquellos que tomaban aspirina regularmente, y las compararon con aquellos que no la tomaban regularmente. Entendiéndose como dos o más comprimidos de dosis estándar (325 mg) por semana o aspirina de dosis baja (81 mg) diaria.
El análisis mostró que aquellos que tomaban aspirina regularmente tenían una incidencia acumulada de cáncer colorrectal en 10 años del 1,98%, en comparación con el 2,95% entre los que no tomaban aspirina.
Además, el beneficio de la aspirina fue mayor entre aquellos con los estilos de vida más poco saludables. En este grupo, tenían una probabilidad del 3,4% de contraer cáncer colorrectal si no tomaban aspirina regularmente y una probabilidad del 2,12% de contraer cáncer colorrectal si tomaban aspirina regularmente.
Por el contrario, los casos analizados que tenían un estilo de vida más saludable la diferencia era menor. Aquellos que tomaban aspirina regularmente tenían una probabilidad del 1,5%, frente al 1,6% del grupo que no la tomaban.
Esto muestra que en el grupo menos saludable, tratar a 78 pacientes con aspirina evitaría un caso de cáncer colorrectal en un período de 10 años, mientras que en el grupo más saludable sería necesario tratar a 909 pacientes para prevenir un caso. Para evaluar el estilo de vida se tuvieron en cuenta el índice de masa corporal, la frecuencia de consumo de cigarrillos y alcohol, la actividad física y la adherencia a una dieta de alta calidad.
"Nuestros resultados muestran que la aspirina puede reducir proporcionalmente el riesgo notablemente elevado de cáncer colorrectal en personas con múltiples factores de riesgo", subraya el autor principal del artículo y gastroenterólogo del MGH, Daniel Sikavi. "En cambio, quienes tienen un estilo de vida más saludable tienen un riesgo basal menor de cáncer colorrectal y, por lo tanto, el beneficio de la aspirina sigue siendo evidente, aunque menos pronunciado", añade.
Sin embargo, el estudio no evaluó los posibles efectos secundarios del uso diario de aspirina, como el sangrado, motivo por el que esta recomendación se eliminó hace unos años.
Estudios anteriores descubrieron que la aspirina puede reducir la producción de proteínas proinflamatorias, conocidas como prostaglandinas, que pueden promover el desarrollo del cáncer.
Además, podría bloquear las vías de señalización que hacen que las células crezcan sin control, influir en la respuesta inmune contra las células cancerosas y bloquear el desarrollo de los vasos sanguíneos que suministran nutrientes a las células cancerosas. "Es probable que la aspirina prevenga el cáncer colorrectal a través de múltiples mecanismos", dijo Chan.
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