Un 7% de las mujeres embarazadas consume cannabis: probabilidad de retraso en el feto y TDAH

Se estima que alrededor del 7% de las mujeres embarazadas consumen cannabis, al menos al principio del embarazo, y que muchas de ellas lo siguen haciendo durante la lactancia de sus bebés, según ha señalado la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD) en el marco de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que comienza este jueves.

Cuestionadas las gestantes consumidoras de cannabis sobre por qué lo hacen, el 90% afirma hacerlo para mitigar la ansiedad, buscando en esta sustancia efectos ansiolíticos o hipnóticos.

La SEPD ha advertido de que estas cifras de incidencia podrían ser incluso mayores en países en los que el cannabis ha sido legalizado. Por ejemplo, según un estudio reciente, los diagnósticos de trastorno por consumo de cannabis durante el embarazo habrían aumentado más de un 20 por ciento tras su legalización en Canadá.

Como señala el psiquiatra perinatal en el Hospital del Mar de Barcelona y miembro de la SEPD, Daniel Bergé, es "muy complicado" calcular el riesgo del consumo de cannabis aislado durante el embarazo y la lactancia, "ya que muchas mujeres que consumen cannabis también fuman tabaco, llevan un estilo de vida menos saludable y a veces consumen alcohol u otras sustancias".

Consecuencias del consumo durante el embarazo

Sin embargo, ha detallado que existen estudios rigurosos de años de seguimiento de mujeres que consumían cannabis durante el embarazo, que coinciden al señalar que este consumo aumenta en un 50% el riesgo de retraso en el crecimiento del feto, parto más prematuro y bajo peso al nacer; y más a largo plazo, durante la infancia y la adolescencia, incrementa también el riesgo de dificultades en atención e hiperactividad. Un estudio reciente concluía que el consumo de cannabis durante el embarazo multiplica por dos el riesgo de que el niño desarrolle TDAH.

"Si es difícil aislar los efectos del consumo de cannabis durante el embarazo, aún lo es más en la lactancia, ya que la mayoría de mujeres que consumen cannabis durante la lactancia, también lo hacían durante el embarazo", ha explicado Bergé.

La barrera para pedir ayuda

El experto ha señalado que el estigma que rodea a la salud mental y las adicciones "es una gran barrera" para muchas mujeres a la hora de pedir ayuda, y de buscar seguimiento y tratamiento, "más aún si tenemos en cuenta que muchas madres pueden sentir temor a una eventual intervención de los servicios de protección a la infancia".

En ese sentido, el experto ha destacado la importancia de "formar mejor" a los profesionales que atienden en primera línea el embarazo y el posparto para que sepan cómo preguntar y abordar el consumo de cannabis.

"Hay que dar la información de los riesgos, sin juzgar ni estigmatizar, y no dar por sentado que las madres conocen bien estos riesgos. Algunas personas pueden tener una falsa sensación de sustancia inofensiva, por lo accesible que es y lo generalizado que está su uso. Con el alcohol este problema es aún mayor", ha explicado.

También ha destacado la necesidad de incluir preguntas sobre el consumo de cannabis en el programa rutinario de seguimiento del embarazo.

Además de esta formación, el psiquiatra perinatal ha considerado fundamental disponer de servicios de atención adecuados en los que las mujeres gestantes o las madres que tengan más dificultad para abandonar el consumo de cannabis "puedan hacer un tratamiento y tener el seguimiento adecuado".

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