Las enfermedades inflamatorias intestinales (EII), cuyo Día Mundial se celebra este domingo, 19 de mayo, afectan en nuestro país a 300.000 personas, según datos del Grupo Español de Trabajo en Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa (GETECCU). En concreto, la enfermedad de Crohn predomina sobre todo entre la población joven de entre 15 y 35 años, es decir, en edad fértil.
En un principio, la enfermedad en sí no debería ser un impedimento para lograr el embarazo, el problema está en que sus síntomas pueden llegar a crear unas condiciones poco favorables para ello. Bajo peso, reglas irregulares o adherencias en los tejidos intervenidos durante cirugías pueden dificultar que esto suceda.
Esta patología crónica causa inflamación en distintas partes del sistema digestivo, con síntomas que se manifiestan de manera intermitente. Normalmente se alternan periodos de brotes activos con etapas de inactividad, en las que los síntomas están en remisión. Ya en los casos más severos, a veces es necesaria una cirugía para poder controlar los efectos de la enfermedad.
"En concreto, el problema principal lo encontramos cuando estas pacientes se han sometido a cirugía para mantener a raya la enfermedad, ya que a veces se ha desarrollado tejido cicatricial en la pelvis o las trompas de Falopio y esto dificulta posteriormente la fecundación. Esto ocurre porque, a veces, estas adherencias obstruyen las trompas de Falopio, pero afortunadamente, las alternativas que ofrecen las técnicas de reproducción asistida son compatibles con esta situación, ya que no es necesario que las trompas sean permeables para conseguir el embarazo", explica el doctor Manuel Muñoz, director de IVI Alicante.
Los expertos suelen recomendar que una mujer con la enfermedad de Crohn espere hasta que su enfermedad haya estado en remisión durante al menos 3 a 6 meses antes de concebir. En los casos más severos incluso se puede valorar la posibilidad de retrasar la cirugía tras haber sido madre.
Algunos hombres afectados por la enfermedad de Crohn pueden presentar de primeras una baja calidad seminal debido a una malnutrición provocada por un déficit de nutrientes y micronutrientes.
Pero, además, algunas de las medicaciones indicadas para el manejo de la enfermedad pueden reducir temporalmente la fertilidad en los pacientes masculinos. En concreto, la sulfasalazina puede provocar una menor producción y peor movilidad de espermatozoides, mientras que el metotrexato puede afectar su correcta formación. Este efecto es generalmente reversible y los niveles de la fertilidad se suelen recuperar dos o tres meses después de la suspensión (aunque sea temporal) de la medicación.
Ya más a nivel funcional, y en los casos más graves, los abscesos y fístulas en la pelvis y las regiones anales también pueden llegar a causar algunos problemas de erección y eyaculación.
"Además, no debemos perder de vista el aspecto psicológico de la enfermedad, ya que la enfermedad de Crohn suele presentar síntomas como fatiga severa, dolores abdominales, lesiones internas o problemas digestivos que en ocasiones producen una importante bajada de la libido en ambos sexos, dificultando también la posibilidad de embarazo. Por todo ello, lo ideal es llevar un buen control de la enfermedad con el especialista para poder tener la mejor base posible para conseguir ser padres", concluye el doctor Muñoz.
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